PERIODISMO DE INVESTIGACION
Una investigación de
‘The Washington Post’ revela 18 años de mentiras en la guerra de Afganistán
El diario publica en exclusiva miles de páginas de
entrevistas a los protagonistas que desmontan la narrativa oficial de que se
estaban produciendo progresos en el conflicto
PABLO GUIMÓN
Washington 10 DIC 2019
- 09:42 CET
Durante tres Administraciones, a
lo largo de una campaña de 18 años, las autoridades estadounidenses ocultaron a
los ciudadanos la verdad sobre la guerra en Afganistán, el conflicto armado más
largo de la historia de la gran potencia mundial, que sabían que se había
convertido en imposible de ganar. Así se desprende de un arsenal de miles de
páginas de documentos, obtenidos y publicados en exclusiva por The Washington
Post, tras una batalla legal de tres años con el Gobierno.
Militares, diplomáticos,
cooperantes, oficiales afganos. Hasta 2.000 páginas de notas de más de 400
entrevistas con personas que desempeñaron un papel directo en la guerra y que,
creyéndose amparados por el anonimato, ofrecieron una versión inusualmente
sincera sobre todo lo que iba mal en Afganistán. Los documentos son el
resultado de un proyecto federal, bautizado como Lecciones Aprendidas, puesto
en marcha en 2014 para diagnosticar los errores en el conflicto —iniciado como
represalia contra Al Qaeda tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de
2001— con el objetivo de que no se repitan la próxima vez que Estados Unidos
decida invadir o reconstruir un país.
“Carecíamos de un conocimiento fundamental de
Afganistán, no sabíamos qué estábamos haciendo. ¿Qué tratamos de hacer aquí? No
teníamos la más remota noción de lo que estábamos acometiendo”, aseguró en 2015
el general de tres estrellas Douglas Lute, que ejerció de alto mando de la Casa
Blanca en la guerra durante las Administraciones de George W. Bush y Barack
Obama. “Si el pueblo estadounidense conociera la magnitud de la disfunción…
2.400 vidas perdidas. ¿Quién va a decir que eso fue en vano?”.
Más de 775.000 efectivos
estadounidenses han sido desplegados en Afganistán desde 2001. Más de 2.300 han
fallecido y 20.589 han resultado heridos, según cifras del Departamento de
Defensa. Este, junto al Departamento de Estado y la Agencia para el Desarrollo
Internacional (Usaid), sin incluir otras agencias como la CIA o el Departamento
de Asuntos de Veteranos, han gastado desde 2001 entre 934.000 y 978.000
millones de dólares (entre 840.000 y 885.000 millones de euros), según
estimaciones ajustadas a la inflación calculadas en un proyecto de la
Universidad Brown, de Rhode Island.
Año tras año, presidentes,
diplomáticos y mandos militares han asegurado a los estadounidenses que se
estaba progresando en la guerra y que merecería la pena continuar librándola.
Los documentos vienen a contradecir esa narrativa: muchos de los entrevistados
describen los esfuerzos de las autoridades para engañar deliberadamente a los
ciudadanos. Los documentos, reconoce al Post John Spoko, al frente de la
agencia federal que condujo las entrevistas, "muestran que se ha mentido
constantemente al pueblo estadounidense",
“Cada dato fue alterado para
presentar el mejor cuadro posible”, aseguró en una entrevista Bob Crowley,
coronel que ejerció de consejero de contrainsurgencia entre 2013 y 2014. “Las
encuestas, por ejemplo, eran totalmente poco fiables pero reforzaban la idea de
que todo lo que hacíamos era lo correcto”.
La agencia del inspector general
especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR), creada en 2008 y a la
que seis años después se encargó el proyecto Lecciones Aprendidas, publicó
hasta siete informes que señalaban problemas en Afganistán y recomendaban
cambios. Pero los informes dejaban fuera las críticas más duras y omitían el
90% de los nombres de los entrevistados, a los que habían prometido anonimato.
Al amparo de la ley de libertad
de información, The Washington Post empezó a perseguir los registros de las
entrevistas del proyecto Lecciones Aprendidas en agosto de 2016. El Post llevó
hasta en dos ocasiones a la agencia SIGAR a los tribunales federales para que publicase
los documentos. Acabaron entregando una parte de las transcripciones, algunas
de ellas sin identificar al entrevistado. Aún está pendiente una resolución
judicial que podría obligar a identificar a todos los entrevistados. Pero el
Post ha decidido publicar ahora los documentos en su poder, “para informar al
público mientras la Administración Trump negocia con los talibanes y valora si
retirar los 13.000 efectivos que continúan en Afganistán”.
La exclusiva del diario se
completa con otros centenares de páginas desclasificadas, que consisten en
notas que el exsecretario de Defensa Donald Rumsfeld dictaba varias veces al
día a sus subordinados, entre 2001 y 2006, bautizadas por el propio jefe del
Pentágono y su equipo como “copos de nieve”. “No tengo ningún tipo de
visibilidad sobre quiénes son los malos”, dice una de las notas del
republicano, fechada en 2003.
La publicación del conjunto de
documentos recuerda inevitablemente a los Papeles del Pentágono, la gran
filtración que contaba la historia secreta del Departamento de Defensa sobre la
guerra de Vietnam. Publicados en 1971, causaron un enorme revuelo al desvelar
cómo el Gobierno había engañado al público durante años, ocultando que las
autoridades, mientras enviaban soldados al país asiático, sabían que el
conflicto se había convertido en una encrucijada de la que no podrían salir
victoriosos.
Al contrario que los Papeles del
Pentágono, los documentos de Lecciones Aprendidas no contienen apenas
revelaciones acerca de operaciones militares concretas. Ofrecen más bien una
abrumadora avalancha de críticas autorizadas que desmienten el relato oficial
que se ha ofrecido al mundo durante 18 años.
PUBLICADO: POR EL PAIS
DE ESPAÑA
10/12/2019