La muerte valiente de Zapata
El castrismo desacredita al disidente fallecido tildándole de "preso común" - Sus compañeros de lucha recuerdan su humildad y destacan su coraje MAURICIO VICENT - La Habana - 28/02/2010 Antes de convertirse en mártir y símbolo de la disidencia cubana, Orlando Zapata Tamayo era un opositor desconocido, callado y con poco peso específico. Nunca destacó ni tuvo afanes de protagonismo. Quizás por ello el 20 de marzo de 2003, día en que fue detenido en La Habana junto a Marta Beatriz Roque y otros cuatro disidentes, el Gobierno lo excluyó del grupo de los 75 a los que enjuiciaría después por "conspirar" con Estados Unidos. Mientras éstos fueron condenados de inmediato a penas de prisión de hasta 28 años de cárcel, Zapata, un humilde albañil negro que entonces tenía 35 años, quedó fuera del escarmiento. Su juicio no fue sumarísimo. Se realizó meses después y fue sancionado a tres años de privación de libertad por desobediencia y desacato. Orlando Zapata nunca llegó a ser