CAMBIO CLIMATICO
Los países más emisores
rechazan endurecer sus recortes de gases de efecto invernadero
Hasta 84 Estados, entre los que no figuran EE UU, China,
India ni Rusia, se comprometen a revisar sus objetivos de reducción de dióxido
de carbono en 2020
MANUEL PLANELLES
Madrid 11 DIC 2019 -
20:27 CET
Un hombre fuma un cigarrillo electrónico en la entrada de la
Cumbre del Clima que se celebra en Madrid. CRISTINA QUICLER (AFP)
Hay una brecha enorme entre lo
que sucede fuera de aquí y lo que sucede dentro”, ha reprochado este miércoles
Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace internacional, a los
representantes de los casi 200 países que se reúnen en Madrid hasta el viernes
en la Cumbre del Clima, conocida por las siglas COP25. Morgan les ha contado
que lleva 25 años asistiendo a estas reuniones internacionales y que nunca
había visto una distancia tan grande entre lo que ocurre en la calle —con las
protestas multitudinarias por medio planeta lideradas por los jóvenes
activistas climáticos— y lo que pasa en una COP —con unas negociaciones que se
estancan y sin liderazgos claros contra la crisis climática entre los países—.
La falta de ambición de los principales emisores se refleja en la lentitud con
la que avanzan las conversaciones para cerrar el desarrollo de los mercados de
carbono o la declaración final de esta cumbre. Pero, fundamentalmente, en la
ausencia de ambición de las grandes potencias emisoras de gases de efecto
invernadero, que no dan señal alguna de estar dispuestas a endurecer sus planes
de recortes de CO2, como se pide desde la ciencia y desde las principales
agencias de la ONU.
El secretario general de la ONU,
Antònio Guterres, organizó en septiembre otra cumbre climática en Nueva York
para intentar relanzar la ambición. Y se formó una coalición de 68 países que
se comprometían a incrementar sus metas de reducción de emisiones para la
próxima década. Tres meses después, esa coalición ha sumado 16 Estados más, según
la actualización presentada este miércoles en la COP25.
Entre los nuevos países figuran
Reino Unido, Suecia o Pakistán. Pero, de nuevo, faltan cuatro de los cinco
grandes emisores, que acumulan más del 60% de todos los gases de efecto
invernadero del planeta: EE UU —que ha iniciado ya los trámites para dejar el
Acuerdo de París—, China, India y Rusia. El quinto actor de ese bloque de los
grandes emisores es la Unión Europea, que tampoco figura como tal en esa
coalición al estar todavía negociando Bruselas y los Veintiocho cómo y cuánto
se debe endurecer el plan de recorte de emisiones que van a presentar ante la
ONU en el marco del Acuerdo de París en 2020. Sí están dentro del compromiso
lanzado en septiembre en Nueva York Alemania, Francia y España.
Que los esfuerzos que tienen
previsto hacer los países contra el cambio climático no son suficientes lo
admiten todos los que participan en la Cumbre del Clima. “No llevamos la
velocidad adecuada”, ha reiterado la ministra chilena de Medio Ambiente,
Carolina Schmidt, que ejerce la presidencia de esta COP25. “El mundo se está
calentando y volviendo más peligroso más rápido de lo que creíamos”, ha
insistido Guterres, que ha vuelto a esgrimir los informes científicos para
urgir a los países, entre otras cosas, a endurecer sus objetivos de reducción
de gases de efecto invernadero.
Todos los firmantes del Acuerdo
de París deben presentar planes de recorte de emisiones que, juntos, deben
conseguir que el calentamiento global se quede dentro de unos límites
manejables, Pero la suma de esos planes no es suficiente. La ONU advirtió hace
un par de semanas de que se deben multiplicar por cinco los esfuerzos globales
previstos si se quiere que el incremento de la temperatura se quede por debajo
de 1,5 grados respecto a los niveles preindustriales. Y por tres si se aspira a
que ese incremento esté por debajo de los dos grados (la otra meta que se
establece en el Acuerdo de París). Los planes (que se conocen por las siglas en
inglés NDC) que tienen ahora los países llevarán al menos a 3,2 grados de
incremento, calcula la ONU.
Por eso se necesitan compromisos
como los de los 84 países que endurecerán sus planes durante 2020, como fija el
Acuerdo de París. Pero, sobre todo, se necesita que se involucren los grandes
emisores, algo que no está ocurriendo. Mientras EE UU se despide de París,
China —a través de su viceministro de Ecología y Medio Ambiente, Yingmin Zhao—
no ha dado ninguna señal este miércoles de que su intención sea endurecer su
programa nacional de reducción de emisiones para la próxima década. Lo mismo
ocurre con Rusia, que aún no ha presentado su plan, o India, que tampoco se ha
sumado a ese listado de 84 países más ambiciosos.
La alianza de estos 84 Estados
busca elevar los recortes a medio plazo, es decir, para la próxima década.
Paralelamente, desde la presidencia chilena de la COP25 se ha impulsado también
que los Estados se comprometan a buscar la neutralidad de carbono —que el CO2
expulsado sea igual al que se capture, por ejemplo, a través de bosques— en 2050.
A este segundo objetivo se han comprometido ya 73 países, con las mismas
grandes ausencias. También 14 regiones, 398 ciudades, 786 empresas y 16 grupos
inversores. “Ya no basta con los países, necesitamos a otros actores”, ha
resumido Schmidt.