Los popes rendirán cuentas



El Gobierno griego quiere cobrar impuestos a la Iglesia ortodoxa, que posee innumerables tierras e inmuebles
M. A. SÁNCHEZ-VALLEJO - Madrid - 19/03/2010

Por primera vez en su historia, la Iglesia de Grecia, una de las mayores propietarias de tierra e inmuebles del país, deberá pagar impuestos. Es una de las medidas con que el Gobierno socialista de Yorgos Papandreu pretende reducir la deuda pública (300.000 millones de euros).

Por primera vez en su historia, la Iglesia de Grecia, una de las mayores propietarias de tierra e inmuebles del país, deberá pagar impuestos. Es una de las medidas con que el Gobierno socialista de Yorgos Papandreu pretende reducir la deuda pública (300.000 millones de euros). Las rentas procedentes de las propiedades de la Iglesia deberán tributar el 20%; las herencias dinerarias, un 10%, y las de bienes inmuebles, un 5%.

El anuncio del Ejecutivo de Atenas, dos semanas antes de la Pascua ortodoxa, ha sido recibido por la jerarquía eclesiástica como un "gesto hostil" y un "puñetazo en el entrecejo", en palabras del obispo Anthimos de Salónica en la televisión pública, el martes. La imposición de tributos es el segundo agravio perpetrado contra la Iglesia por un Ejecutivo socialista en la última década. En 2000, el Gobierno del tecnócrata Kostas Simitis suprimió del carné de identidad griego la filiación religiosa, un dato obligatorio hasta entonces. El Consejo de Estado, máxima instancia administrativa del país, confirmó la legalidad de la medida, pero la jerarquía eclesiástica no ha terminado aún de encajar el golpe.

La presencia de la Iglesia en la sociedad y la política griegas es nuclear. Su gestión depende del Gobierno, a través del Ministerio de Educación y Asuntos Religiosos; los popes reciben su salario del Estado y el consejo de administración del mayor banco del país sienta entre sus miembros a un obispo. El poder de la Iglesia ortodoxa no es sólo espiritual: en 2008 ingresó 20 millones de euros (12,7, de rentas de propiedades eclesiales), según el balance económico de 2008, publicado por el diario conservador Kathimerini en 2009. Ese año, los subsidios que recibió la Iglesia de Grecia alcanzaron los dos millones de euros, mientras que los dividendos procedentes de inversiones en instituciones financieras sumaron 4,5 millones. La Iglesia poseía en 2008 7,7 millones de acciones del principal banco del país, el Banco Nacional de Grecia, por un valor calculado de 150 millones de euros.

Espina dorsal del país, aglutinante del espíritu nacional y de la lucha contra el Imperio Otomano, la Iglesia es también fermento del rampante nacionalismo griego, especialmente inquieto en los últimos años por la interpretación de fenómenos tan diversos como la amenaza turca o el aumento de la inmigración. Pertenecen a ella el 98% de los 11 millones de griegos (hay una pequeña minoría musulmana en la región de la Tracia, alrededor del 1,3%); preside las ceremonias oficiales y tiene voz amplificada en todos los asuntos de la comunidad, de la política a la educación. La ortodoxa es, en fin, religión de Estado en Grecia.

El anacronismo de esta clase pasiva, mantenida por el Estado, se perpetúa en la península monástica del Monte Athos (norte), que no depende de las autoridades de Atenas, sino del patriarcado de Constantinopla, y es soberana salvo en política exterior.


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