La OTAN califica de "éxito" la primera fase de la ofensiva emprendida en Afganistán




El ministro británico de Defensa asegura que el objetivo principal de la operación militar es "ganarse a los afganos" y "saber si podemos seguir controlando el país"
AGENCIAS - Madrid/Washington - 14/02/2010

Los altos mandos de la OTAN han calificado de "éxito" el desarrollo de la operación Moshtarak, la mayor ofensiva de las tropas aliadas en Afganistán desde la caída del régimen talibán en 2001, que tiene como objetivo el bastión talibán en el sur de Afganistán. La altos mandos militares internacionales han mostrado también su satisfacción por la poca resistencia que han mostrado hasta ahora las milicias talibanes presentes en la zona.

"Los talibanes parecen confusos y desorientados", ha asegurado el general Gordon Messenger, portavoz militar británico, quien ha advertido a los tropas de la necesidad de no bajar la guardia ya que la operación todavía no ha terminado.




El ministro de Defensa británico, Bob Ainsworth, ha asegurado el objetivo central de la operación Moshtarak tiene como objetivo "ganarse a los afganos". "La prueba auténtica es saber si podemos seguir controlando el territorio y si podemos dar seguridad a la población, y ganar sus mentes y sus corazones", ha amnifestado Ainsworth a la BBC.



Ainwsorth ha destacado la importancia de la participación en la ofensiva de fuerzas afganas junto a los militares de la coalición internacional y ha destacado que eventualmente serán las responsables de garantizar la estabiidad y la seguridad en todo el país. El ministro ha reconocido que la facilidad con la que se ha desarrollado la ofensiva tiene que ver con que los talibanes han rehuido el combate directo: "algunos se habrán ido y otros habrán escondido sus armas y se habrán camuflado entre la población".

En este sentido, Ainwsorth ha asegurado entender la preocupación de la población del sur de Afganistán y su reticencia a colaborar con las fuerzas aliadas por el temor de represalias posteriores de los talibanes. "Estarán preocupados de que no nos quedemos, de que no sigamos dándoles seguridad, así que tendrá que pasar algún tiempo y nosotros tendremos que ganar su confianza. Ahí es donde se va a producir el examen de verdad en los próximos meses", ha asegurado. El objetivo, ha añadido, ha de ser también facilitar a la población local "los medios para que tengan un medio de vida, sin necesidad de cultivar amapola o de armarse para luchar con los talibanes".

Segundo día de ofensiva

En la Operación Moshtarak, la mayor en cuanto a número de soldados desde la caída del régimen Talibán en 2001, participan más de 5.000 efectivos estadounidenses, 2.000 afganos y un amplio contingente británico apoyado por soldados de Dinamarca, Estonia y Canadá. El objetivo es desalojar a los talibán del único núcleo significativo que controlaban por completo en Helmand y consolidar la presencia de las fuerzas internacionales y afganas a lo largo del río Helmand, alrededor del cual se aglomeran la población y los campos de cultivo. Tanto en Helmand como en todo el arco sudoriental afgano predomina la etnia pashtún, la de los talibanes.

Marjah es un punto clave en el desarrollo de la nueva estrategia que el jefe de la misión de la OTAN, el general Stanley McChrystal, intenta desarrollar. Situada a más de 600 kilómetros de Kabul, es un punto de confluencia de las provincias sureñas de Helmand y Kandahar. Los expertos creen que, en los últimos meses, ha sido el lugar de refugio de entre 500 y un millar de insurgentes, así como de numerosos jefes talibanes que también controlaban desde allí el negocio de la amapola para el opio, informa Antonio Caño.

Comandos estadounidenses de operaciones especiales han ejecutado en los últimos días varias incursiones sobre Marjah para capturar enemigos y debilitar sus posiciones defensivas. La semana pasada fue detenido cuando intentaba abandonar la ciudad uno de los principales dirigentes talibanes. Esta ofensiva es cualquier cosa menos imprevista. Los responsables militares, rompiendo su costumbre, la habían anunciado a bombo y platillo con un doble objetivo: permitir a la población civil que lo desease salir de la ciudad, y así evitar pérdidas de vidas inocentes, e intentar que aquellos que peleaban junto a los talibanes por mera obediencia tuvieran la oportunidad de dejar sus filas. El presidente afgano, Hamid Karzai, pidió ayer que se evite la pérdida de civiles e instó a los integristas a deponer las armas.


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