Catástrofe en el Pacífico

El pánico nuclear hunde la Bolsa japonesa un 10%
El parqué de Tokio sufre su peor racha desde 1987 pese a una nueva inyección del banco central de 60.000 millones

EL PAÍS - Madrid - 15/03/2011
La bolsa de Japón ha vivido hoy su tercera jornada consecutiva de fuertes caídas después del terremoto y el tsunami que el pasado viernes golpearon el país y la consiguiente crisis nuclear, devastadora para un país que lleva 20 años cabalgando a lomos de la crisis. Asimismo, una nueva intervención del Banco de Japón, que ha inyectado 60.000 millones de euros más en la economía, no ha frenado la debacle. Fuera del país, la alarma desatada ha llevado a fuertes pérdidas en Europa, donde algunas de sus principales plazas como el parqué de Fráncfort se está dejando más de un 4% (10.21)

El principal índice de Tokio, el Nikkei, que ha llegado a bajar más de un 14% y ha obligado al regulador a suspender las cotizaciones durante unos instantes, ha cerrado con pérdidas del 10,55%, su mayor caída en una jornada desde 2008 y la tercera peor de su historia, con lo que mañana abrirá en 8.605 puntos. El batacazo ha tenido lugar a pesar de que el Banco de Japón ha anunciado hoy una nueva inyección al mercado de 8 billones de yenes (60.000 millones de euros) adicionales a los 130.000 millones de euros de ayer, una cantidad mayor de lo esperado y el triple que en el peor momento de la crisis financiera, además de una cifra récord. Sin embargo, los analistas no descartan nuevas inyecciones a medida de que los desplomes en los mercados parecen no tener fondo ya que los tipos de interés ya estaban en el 0% antes del terremoto para impulsar la recuperación económica, un proceso que se ha frenado en seco por lo ocurrido.

La razón de esta sobrereacción de los mercados y el Nikkei, que entre ayer y hoy han registrado sus peores dos días desde el estallido de la burbuja inmobiliaria en 1987 y han visto reducida su capitalización en medio billón de euros, está en el desbordamiento de la crisis nuclear y la posibilidad de que, por su culpa, la tragedia sea, finalmente, más grave de lo esperado. Por los mismos motivos, el coste de asegurarse contra un eventual problema en la deuda soberana de Japón ha marcado su precio más alto desde 2004, cuando se empezaron a recoger estos datos, según Bloomberg, que añade que se ha situado por encima del nivel de países como Colombia o Brasil.

El Gobierno, por su parte, ha afirmado que el "núcleo empresarial del país está intacto", aunque son muchas las multinacionales que mantienen sus plantas cerradas. La región de Tohoku, lugar donde se produjo el seísmo y la más afectada por la subida del nivel del mar produce entre el 6% y el 7% del PIB japonés, la tercer potencia mundial. Las primeras cifras sobre el coste de la tragedia se elevan entre los 90.000 y 120.000 millones de euros, más de un 2% de su PIB.

Entre las empresas más importantes del país, Toyota, el mayor fabricante de coches del mundo y que no tiene ninguna de sus 12 factorías de Japón activas, ha anunciado que prevé recuperar la producción el miércoles, aunque será difícil volver a la normalidad por el estado de las infraestructuras y el suministro energético en la costa este del país, una región con una importancia presencia de la industria del automóvil. De hecho, Nissan, que ha interrumpido la producción de cuatro de sus plantas, también tiene previsto retomar mañana mismo la actividad de algunas de ellas y el próximo viernes, algunas otras. Mazda, el segundo exportador de coches, tampoco ha podido volver a poner en marcha su producción y no espera hacerlo hasta el próximo día 20.

Cambiando de sector, el gigante de la electrónica Sony tiene paralizada la actividad en 10 de sus fábricas. Hitachi, uno de los mayores fabricantes de cables, también ha parado nueve plantas en la región afectada por el tsunami, algunas de ellas ha registrado importantes desperfectos. Panasonic, por su parte, se ha visto obligado a importar materiales para mantener su producción.

Además, a diferencia de ayer, cuando las constructoras japonesas vieron subir sus acciones ante la previsión de que tendrán mucho trabajo con la reconstrucción, hoy ninguno de los más de 200 valores que cotizan en el mercado japonés ha cerrado en verde. Para hacerse una idea de la desbandada de inversores, desde que tuvo lugar el terremoto hay algunas empresas que han perdido un tercio de su valor en Bolsa como los fabricantes de productos electrónicos Toshiba u Oki. En una situación similar se encuentran la mayor acerera del país, por no hablar de las compañías energéticas. La más importante, Tokyo Electric, propietaria de la central de Fukushima, se ha dejado un 42% de su valor en Bolsa desde el viernes.

En el mercado de divisas, la tendencia a la repatriación de yenes por parte de los inversores y el Gobierno japonés, principalmente en la deuda y las monedas de los países emergentes, ha permitido mantener el repunte de la divisa frente al resto. En 2010, los inversores japoneses invirtieron 166.000 millones de dólares en otros países. A media jornada, un dólar se intercambiaba por 81,36 yenes, un 0,4% más y eso que el dólar a su vez se ha revalorizado por su condición de valor refugio. Tras el desastre del terremoto de Kobe en 1995, se revalorizó un 20% en los tres meses siguientes al seísmo. Aquella tragedia, sin embargo, no provocó la contracción de su economía ya que las labores de reconstrucción enjugaron a medio plazo el parón en la producción. Entonces, sin embargo, no se desató el pánico nuclear que está atemorizando hoy a la comunidad internacional.


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