Karzai inicia contactos con los talibanes

El Gobierno afgano busca una salida pacífica a un conflicto que dura nueve años - La Casa Blanca acusa a Pakistán de evitar el enfrentamiento con los extremistas
ANTONIO CAÑO - Washington - 07/10/2010

Precisamente cuando se entra hoy en el décimo año de guerra en Afganistán, Estados Unidos recibe noticias alentadoras sobre el inicio de contactos entre el Gobierno de ese país y representantes de la insurgencia islamista en busca de una solución negociada del conflicto.

Precisamente cuando se entra hoy en el décimo año de guerra en Afganistán, Estados Unidos recibe noticias alentadoras sobre el inicio de contactos entre el Gobierno de ese país y representantes de la insurgencia islamista en busca de una solución negociada del conflicto. Esas conversaciones, todavía en una fase tan preliminar que no permite calificarlas aún como proceso de paz, pueden contar con el respaldo político de la Administración norteamericana, crecientemente pesimista sobre la posibilidad de una derrota militar de los talibanes.

A ese pesimismo contribuye cada día más la falta de colaboración del Gobierno de Pakistán, al que un informe de la Casa Blanca enviado el lunes al Congreso acusa de incumplir con sus compromisos militares y de rehuir los enfrentamientos directos con las fuerzas talibanes que buscan refugio en territorio paquistaní tras atacar en Afganistán. Pese a que Estados Unidos ha tratado de compensar esa actitud con el incremento considerable de los bombardeos en suelo paquistaní, los responsables norteamericanos consideran imposible conseguir avances significativos en el frente afgano sin la implicación a fondo de Pakistán.

La solución negociada se impone, pues, como la única alternativa factible. El jefe de las fuerzas norteamericanas en Afganistán, general David Petraeus, declaró el mes pasado que "el diálogo es la manera de acabar con una insurgencia" y añadió que se estaban realizando contactos "de alto nivel" con los talibanes para explorar esa salida.

Un alto funcionario afgano confirmó ayer a la cadena CNN que se han producido, en efecto, este martes y ayer mismo, conversaciones entre miembros del Gobierno de Hamid Karzai y líderes políticos afganos de la oposición con intención de establecer las bases de una paz futura. Aunque el funcionario -el ministro de Educación, Farouq Wardak- no citó los nombres de los participantes en las reuniones, celebradas en el hotel Serena de Kabul, ni aludió a la presencia formal del movimiento talibán, CNN considera confirmada por otras fuentes la participación en esos encuentros de un antiguo dirigente talibán, Mullah Zaeef, así como del embajador de los Emiratos Árabes y del Representante Especial de Naciones Unidas, Staffan de Mistura, quienes habrían actuado como observadores y, eventualmente, mediadores.

"Esto es un proceso, un proceso con diferentes etapas. En algunas etapas podemos hablar con individuos de bajo rango entre los talibanes, pero podemos también acabar hablando con rangos medios o altos", manifestó Wardak, quien advirtió que una de las dificultades de este diálogo es la de que, en la actualidad, los talibanes son una fuerza desperdigada en la que resulta complicado definir una jerarquía. Uno de los posibles participantes en las reuniones del Serena, Zaeef, era embajador de Afganistán en Pakistán en el momento de la invasión norteamericana y estuvo varios años preso en Guantánamo.

El diario The Washington Post afirmaba ayer, en una información exclusiva que no identifica las fuentes, que el Gobierno de Karzai estaba negociando con representantes "plenamente autorizados a hablar en nombre de la Quetta Shura, los talibanes afganos basados en Pakistán, y su líder, Mohamed Omar".

Se desconoce si esas conversaciones a las que se refiere el periódico norteamericano son las mismas que confirma el ministro de Educación afgano, pero ambas gestiones parecen claramente apuntar hacia el hecho de que la actividad política y diplomática gana espacio frente a la actividad militar.

Aunque en el pasado han existido contactos similares con los insurgentes, todos habían fracasado por la exigencia de los talibanes de proceder a una retirada completa de tropas extranjeras de Afganistán antes del inicio de un proceso de paz. Actualmente, cuando también los extremistas religiosos parecen haber llegado a la conclusión de que no podrán derrotar a la OTAN como derrotaron a Rusia, parece abierta la puerta, según la información de The Washington Post, a que el calendario para la salida de las tropas sea fijado en una negociación. El presidente Barack Obama ha marcado el mes de julio próximo como la fecha para iniciar el repliegue de los soldados norteamericanos.

Ese plazo fue decidido dentro de la estrategia que Obama presentó en diciembre pasado y que debe de ser revisada al cumplirse un año. Aunque en la carta que acompaña su informe de esta semana al Congreso, el presidente no admite que por el momento sea necesario introducir cambios, esa estrategia incluye un aspecto fundamental, como es el de la colaboración de Pakistán, en el que evidentemente los avances han sido escasos.

"El Ejército de Pakistán evita la confrontación militar directa con las fuerzas del talibán o de Al Qaeda... Se limita a disgregar y desplazar a los grupos extremistas sin conseguir éxitos de largo plazo contra la insurgencia", afirma el informe de la Casa Blanca, según la versión que cita el diario The Wall Street Journal.

Los militares paquistaníes incursionan de vez en cuando, según la visión norteamericana, en los focos rebeldes en la región de Waziristán, pero no conservan esas posiciones ni mantienen tropas en el terreno, por lo que los talibanes regresan en cuanto los soldados han abandonado el lugar.

Frustrado por esa situación, Estados Unidos ha multiplicado el uso de aviones sin tripulación para atacar los enclaves talibanes, pero eso ha incrementado, a su vez, la tensión entre Washington y el Gobierno de Islamabad, que cree violada su soberanía.

Los camiones de la OTAN, en llamas

- Un convoy de 40 camiones cisterna para la OTAN en Afganistán fue atacado ayer en Pakistán por talibanes, según reivindicó el portavoz de este grupo radical. Ardieron más de la mitad. Más tarde se incendiaron otros siete camiones en otro convoy.

- En una semana han sido incendiados más de 8o vehículos de suministro de las tropas aliadas, en protesta, según los talibanes, por el incremento de los ataques en Pakistán con aviones no tripulados de EE UU y helicópteros de la OTAN.

- Por igual motivo, Islamabad cerró el pasado jueves el paso fronterizo de Khyber (en el norte), con lo que cortó la principal vía de suministro de la OTAN, que ahora solo cuenta con el paso de Quetta (sur).

- El 80% de los suministros para los 152.000 militares destacados en Afganistán llega a través de Pakistán.




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