La presidenta de Kirguizistán alerta de que la cifra de muertos puede ser diez veces mayor


Otunbayeva visita la zona donde se desataron los enfrentamientos, que costaron la vida a 191 personas
AGENCIAS - Biskek / Moscú - 18/06/2010

La presidenta del Gobierno interino de Kirguizistán y ex ministra de Asuntos Exteriores, Rosa Otunbáyeva, ha afirmado esta mañana que el número real de muertos en los enfrentamientos interétnicos que comenzaron el día 11 en el suroeste del país "puede ser diez veces mayor" que el balance oficial de 191 muertos y cerca de 2.000 heridos. Se debe, según la mandataria, a que es costumbre local que los familiares entierren por sus propios medios a sus seres queridos. Otunbayeva ha hecho estas declaraciones durante una visita de inspección a la ciudad de Osh, declarada ayer bajo control y a la que llegó en un helicóptero militar que aterrizó en la plaza central, frente al Ayuntamiento, informa desde el lugar la agencia rusa Interfax.

La presidenta interina tiene previsto recorrer los hospitales donde se encuentran ingresados los heridos en los choques entre kirguises y uzbekos, reunirse con las autoridades locales y visitar las zonas fronterizas con Uzbekistán, país que ha recibido a un centenar de miles de refugiados uzbekos que huían de la violencia. El Ayuntamiento de Osh asegura que durante los disturbios fueron quemados y saqueados 33 edificios de viviendas, 17 comercios y 7 restaurantes. "Estos son datos preliminares, los daños reales pueden ser mucho mayores", ha señalado a Interfax una fuente del Ayuntamiento.

La normalidad vuelve a Osh

En las ciudades de Osh y Jalalabad, escenario también de los enfrenamientos, la situación parece normalizarse, comenzó ayer a funcionar el transporte público, los servicios municipales retomaron su trabajo y llegaron cerca de 100 toneladas de ayuda humanitaria desde Biskek, a pesar de que en algunos barrios el ambiente continúa tenso.Los aviones de carga con la ayuda llevan de vuelta a la capital kirguís a mujeres con niños que quieren abandonar Osh hasta que la ciudad recupere la paz. Según el servicio de prensa de la administración local, hasta el 70% de Osh, la segunda ciudad más importante de Kirguizistán, fue pasto de las llamas durante la oleada de violencia étnica.

"El objetivo de este viaje es que la presidenta esté al tanto de la situación y tome las medidas necesarias", ha explicado una portavoz del Gobierno. La visita de Otunbáyeva, que llegó al poder en abril tras una violenta revuelta que dejó al menos 65 muertos, se produce en el tercer y último día del duelo nacional decretado por el Gobierno provisional kirguís en memoria de las víctimas de los enfrentamientos étnicos. Las autoridades kirguises han denunciado que la ola de violencia fue provocada por allegados del depuesto presidente Kurmanbek Bakíev, refugiado actualmente en Bielorrusia y cuya extradición reclama el Ejecutivo provisional de Biskek.

Al día siguiente del estallido de los disturbios, Otunbáyeva admitió que el Gobierno provisional se veía desbordado por la situación y pidió a Rusia el envío de fuerzas de paz a la zona de los disturbios. Moscú desestimó la petición de Otunbáyeva con el argumento de que el conflicto en el sur de Kirguizistán es un "asunto" interno, aunque abrió la posibilidad a que la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) estudiase la solicitud. La OTSC, además de Rusia, la integran otras seis antiguas repúblicas soviéticas: Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán y Uzbekistán. Ayer, este organismo también rechazó el envío de tropas de paz.

"La situación es muy preocupante"

Mientras tanto, sigue preocupando la situación de los refugiados. Federación Internacional de la Cruz Roja hizo ayer un llamamiento humanitario de urgencia de tres millones de euros para hacer frente a la crisis humana que amenaza Uzbekistán. Unas 100.000 personas han cruzado la frontera entre Kirguizistán y Uzbekistán huyendo los enfrentamientos en el primero, y otras 300.000 se han convertido en desplazados internos en su propio país.

"La situación es muy preocupante. Miles de personas necesitan urgentemente comida, agua, alojamiento y asistencia médica. Se impone una intervención a la mayor brevedad posible para evitar que haya epidemias", alertó Drina Karahasanovic, representante regional para Asia Central. Sin embargo, llegan noticias alentadoras sobre el retorno de los refugiados. Unos 5.500 kirguises han regresado ya a esa ex república soviética de Asia Central, informó ayer el Servicio de Guardafronteras kirguís. Según Cholponbek Turusbékov, jefe adjunto de ese servicio, los refugiados comenzaron ya el miércoles a regresar a Kirguizistán. "Según datos de los guardafronteras uzbekos, 75.000 uzbekos con ciudadanía kirguís cruzaron la frontera entre ambos países y actualmente están repartidos en 18 campamentos próximos a la zona fronteriza", señaló Turusbékov.


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