Kirguizistán pide ayuda militar a Rusia mientras los desórdenes sangrientos continúan el sur del país
El Gobierno provisional apela a la ayuda exterior tras dos días de enfrentamientos étnicos en Osh que han dejado más de 60 muertos y 800 heridos
RODRIGO FERNÁNDEZ - Moscú - 12/06/2010

El Gobierno de Kirguizistán ha reconocido su impotencia para imponer el orden en el sur de esa república centroasiática y ha pedido ayuda militar a Rusia después de que ">los enfrentamientos en Osh y otras ciudades con fuerte minoría uzbeka continuaran anoche y esta mañana, causando ya 63 muertos y más de 800 heridos.

Mientras tanto, sin esperar que lleguen "fuerzas de paz" extranjeras, en la zona oeste de Osh -donde viven los uzbekos- una "operación especial para estabilizar la situación" y el corresponsal de la agencia rusa Interfax, que se encuentra en el lugar de los acontecimientos, se oyen disparos de artillería. Rosa Otunbáyeva, presidenta interina de Kirguizistán, declaró hoy que necesita "el envío de militares de otros países".

"Hemos solicitado ayuda a Rusia. Ya he firmado una carta en ese sentido dirigida al presidente de la Federación Rusa, Dmitri Medvédev", dijo Otunbáyeva en Osh, la capital kirguiza. "Si anteayer necesitábamos equipos y otros medios especiales para disolver a las partes envueltas en los enfrentamientos, ayer la situación se desbordó", señaló hoy la presidenta.

Otunbáyeva anunció también que había abierto unilateralmente la frontera con Uzbekistán para que los ancianos, mujeres y niños uzbekos pudieran pasar libremente a ese país. La aplastante mayoría de los muertos serían de nacionalidad uzbeka, según fuentes no oficiales. La apertura de la frontera ha sido recibida "con comprensión" por las autoridades de la república vecina.

La decisión de acudir en ayuda de Rusia Otumbáyeva la tomó después de que el primer ministro, Félix Kúlov, opinara que el Gobierno provisional debía solicitar con urgencia el envío de tropas de pacificación, ya sea a la ONU o a Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), que reúne a varios países surgidos de la desaparecida Unión Soviética. "No importa quién envíe las tropas de pacificación, la ONU o la OTSC. Es un asunto urgente. Mientras se estudia este asunto en Osh muere gente", dijo Kúlov a un grupo de periodistas en Bishkek.

Mientras tanto, el vicejefe de Gobierno Azimbek Beknazárov señaló que "los efectivos de la policía, de los ministerios del Interior y Defensa que fueron enviados al sur están cansados" y reconoció que aunque en Osh se implantó el estado de excepción y el toque de queda la situación es "muy compleja y tensa".

Beknazárov pidió voluntarios para ayudar a controlar la situación e informó que esta madrugada ya había llegado a Osh un destacamento de 300 voluntarios integrado por veteranos de los cuerpos policiales y de la guerra de Afganistán.


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