Los rebeldes controlan Zauiya, a solo 50 kilómetros de Trípoli

ACNUR alerta de la emergencia humanitaria tras la huida de 100.000 personas por las fronteras de Túnez y Egipto.- La oposición libia se prepara para formar un Gobierno de unidad
Á. DE CÓZAR | AGENCIAS - Ras el Ajdir | Zauiya - 27/02/2011

Mientras en las zonas liberadas del este de Libia civiles y militares se tratan de organizar para formar un Gobierno provisional y aumenta la presión internacional contra el régimen de Muamar el Gadafi con la aprobación de sanciones en el Consejo de Seguridad, en el oeste los combates siguen abiertos. Los opositores han tomado el control de Zauiya, a tan solo 50 kilómetros al oeste de Trípoli, después de una noche de enfrentamientos con las fuerzas leales al dictador, aunque la ciudad está rodeada de tanques. Otras fuentes aseguran que también Misrata, la tercera ciudad del país, a unos 200 kilómetros al este de la capital, ha sido liberada. Gadafi trata ahora de defender el siguiente objetivo militar de los rebeldes, su ciudad natal, Sirte, al este de la capital, hacia donde ha dirigido tropas, mientras que ha armado a sus seguidores en Trípoli.

"Ésta es nuestra revolución", coreaban a mediodía miles de personas en el centro de Zauiya, donde edificios y coches quemados, así como agujeros de bala en las paredes daban testimonio de la violencia de los últimos días. Un hombre, Mustafá, afirmaba que siete personas han muerto y otras muchas habían resultado heridas en los enfrentamientos de anoche con fuerzas de seguridad leales al dictador. "Pero Zauiya es libre como Misrata y Bengasi. Gadafi está loco. Su gente nos disparaba con lanzagranadas", aseguraba.

La bandera roja, verde y negra que han tomado como símbolo los rebeldes ondea en edificios del centro de la localidad, y las fuerzas del orden del régimen han desaparecido de la vista. En los enfrentamientos de anoche, mercenarios pro-Gadafi atacaron la ciudad petrolera causando más de 50 heridos.

Un médico de una clínica provisional instalada en la mezquita de la ciudad relataba que 24 personas han muerto en los choques de los últimos tres días, y que escasean víveres y medicinas. El pequeño parque junto a la plaza principal se ha convertido en improvisado cementerio.

La entrada en Zauiya de periodistas extranjeros, entre ellos los de Reuters y France Presse, es el ejemplo más absurdo de la guerra de propaganda emprendida por el régimen libio. Conducidos por las autoridades libias a la ciudad para mostrarles cómo las fuerzas leales a Gadafi aún la controlaban, los reporteros se han encontrado con que los rebeldes habían tomado el mando, aunque los tanques que rodean la localidad hacen temer un ataque. Ayer, el propio Saif el Islam, hijo de Gadafi, ejerció de guía para los periodistas en una visita a una Trípoli en la que aparentemente no pasaba nada.

Ofensiva de Gadafi

Consciente de que la capital es el último agujero en el que su régimen puede respirar, Gadafi ha decidido armar a sus fieles para librar la última batalla. Sin apenas ejército, el dictador solo tiene a los seguidores de su bandera verde, la de la revolución que él inició en 1969. Hasta el mismísimo primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, quien fuera el principal aliado del régimen en Europa, afirmó ayer que el dirigente libio "ya no tiene el control", mientras que el ministro de Exteriores, Franco Frattini, ha dicho hoy que la "salida de Gadafi es inevitable".

Aunque según los testigos contactados por EL PAÍS la situación en la capital permaneció anoche en relativa calma y ha amanecido de la misma forma, tras la aprobación de la resolución de condena en el Consejo de Seguridad de la ONU, la amenaza de una matanza pende sobre los habitantes de Trípoli. El arsenal de la ciudad está ahora a disposición de aquellos que quieran hacer la guerra por su cuenta contra sus propios vecinos, levantados en sus barrios contra Gadafi. Solo las fuerzas rebeldes, una mezcla de ciudadanos armados con piedras, soldados y militares en la reserva que avanzan lentamente por los flancos este y oeste, pueden impedirlo. Pero no lo tienen nada fácil, las fuerzas leales de Gadafi aún bloquean aquellos que vienen del este en la zona de Sirte, la ciudad natal del dictador, y controlan las carreteras de acceso a Trípoli por el oeste.

Es precisamente Sirte, a medio camino entre Trípoli y Bengasi, el siguiente objetivo militar de los rebeldes. Para defender esta ciudad, la radio de Bengasi informa de que Gadafi dirige a sus tropas a la franja entre Misrata y Sirte, según han escuchado testigos en la capital.

Los líderes rebeldes acantonados en el este del país aseguran que las fuerzas leales al régimen apenas controlan ya el 15% del territorio. "Gadafi está viviendo los últimos momentos y esperamos el final de su régimen en los próximos días", dijo ayer en Bengasi Fathi Tarbul, un abogado de 39 años cuya detención el pasado 15 de febrero fue el detonante del levantamiento popular contra el dictador.

Emergencia humanitaria

Miles de extranjeros siguen intentando huir del país, por tierra, mar y aire. En las fronteras de Túnez y Egipto, los organismos internacionales alertan del éxodo que la represión de las revueltas ha causado y de la emergencia humanitaria causada por la acumulación de refugiados en las fronteras. Unos 100.000 trabajadores inmigrantes han huido del país en los últimos días, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), 40.000 por la frontera tunecina y 55.000 por la egipcia.

Más de 10.000 personas, la mayoría egipcios, huyeron ayer de Libia por el paso de Ras el Ajdir, en la frontera con Túnez, según la Cruz Roja local, que habla de una "crisis humanitaria" y pide ayuda para gestionarla. Según las cifras del Gobierno tunecino, desde el pasado día 20, 40.000 personas han atravesado esta frontera, de ellas, 18.000 tunecinos, 15.000 egipcios, 2.500 libios y 2.000 chinos. Mientras que muchos tunecinos y chinos regresan desde aquí a lugares de origen, la peor parte se la llevan los egipcios, atrapados en una especie de tierra de nadie, que incluso se han manifestado porque se sienten abandonados por su Gobierno.

En el lado egipcio, las autoridades calculan que 55.000 personas han cruzado la frontera desde el día 19, de ellas, 46.000 egipcios, 2.100 libios y unos 6.900 de diversas nacionalidades, especialmente asiáticos.

ACNUR ha establecido equipos de emergencia en las fronteras tunecina y egipcia para ayudar a las autoridades locales y a las ONG. "Estamos comprometidos a ayudar a toda persona que huya de Libia. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que respondan rápido y con generosidad para ayudar a estos Gobiernos a hacer frente a la emergencia humanitaria", ha señalado el Alto Comisionado, Antonio Guterrez, en un comunicado. El organismo de la ONU también alerta de que comienzan a escasear los alimentos dentro de Libia, sobre todo en la zona este.

Gobierno de unidad nacional

Dentro de Libia, la oposición y las autoridades civiles y militares que han desertado del régimen de Gadafi tratan de organizar un Gobierno provisional que tenga reconocimiento internacional y evite un peligroso vacío de poder. Uno de los líderes de este proceso es el exministro de Justicia Mustafa Abdulyalil, que según la agencia AP, ha recibido el encargo de dirigir este Ejecutivo por una asamblea de ciudades del este, liberadas del yugo de Gadafi. Abdulyalil, que renunció a su cargo de ministro esta semana en protesta por la represión violenta de las manifestaciones, había anunciado ayer que la oposición formaría un Gobierno de unidad nacional integrado por civiles y militares, y que en tres meses se celebrarán elecciones democráticas. Según dijo a la televisión Al Yazira, ese Gobierno tendrá "un marco democrático".

A los pocos minutos de su anuncio, el embajador libio en Estados Unidos, Ali Aujali, apoyó la idea de un Ejecutivo formado por Abdulyalil. Ambos políticos libios han sido dos de las caras más visibles de las deserciones del régimen de Gadafi. "Quiero apoyar este Gobierno como la cara de Libia hasta que se produzca la liberación del país, lo que espero que suceda muy pronto", dijo a la agencia Reuters el embajador, que anunció que tras 41 años dejará en su cargo si Gadafi no abandona el poder. Incluso el diario Quryna, propiedad de Saif el Islam, se había hecho eco a lo largo del día de ayer de la constitución de un Gabinete interino con sede en la ciudad de Bengasi.


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