Las lluvias torrenciales causan casi 500 muertos en Pakistán y Afganistán



Las inundaciones por el monzón han obligado a 400.000 personas a abandonar sus hogares. - El Ejército paquistaní intenta rescatar a las personas aisladas por el agua
AGENCIAS - Peshawar - 31/07/2010

Las lluvias torrenciales que caen en Pakistán y Afganistán desde hace cuatro días, las peores en décadas, han causado casi 500 muertos y 400.000 desplazados. Se teme que la cifra de víctimas aumente, mientras las autoridades tratan de llegar a los pueblos que se han quedado aislados por el agua de los ríos, desbordados por el monzón.

Las inundaciones han destruido casas, escuelas, puentes, carreteras y vías férreas en la provincia noroccidental paquistaní de Khyber Pakhtunkhwa, y han causado 408 muertos desde el miércoles en esta zona, informó ayer el ministro de Información, Mian Iftikhar Hussain, desde la capital provincial, Peshawar. En la vecina Afganistán, se han contabilizado 60 fallecidos, según la BBC.

"Tememos que el balance de muertos aumente una vez que baje el nivel del agua. Nos enfrentamos al peor desastre en la historia de nuestra provincia", añadió el ministro paquistaní. Las ciudades de Nowshera y Charsadda, y el valle del Swat fueron las zonas más afectadas del país. La provincia de Khyber Pakhtunkhwa ha sido escenario de duras batallas entre el Ejército de Pakistán y los talibanes.

"La mitad de Nowshera está bajo el agua", describió Imran Khan, cuya casa se encontraba junto al río en esta ciudad, a unos 100 kilómetros al noroeste de Islamabad, que alberga un gran número de soldados. "El hospital militar, y muchos otros edificios en el área de acantonamiento, están también bajo el agua... Algunos camiones y convoyes militares de rescate están atrapados en la carretera", aseguró este hombre.

16.000 personas atrapadas

El Ejército paquistaní, que dirige las tareas de rescate y de ayuda, ha evacuado ya a cerca de 14.250 personas. El director de operaciones de la Autoridad Nacional de Gestión de desastres (NDMA), Amer Siddique, informó a Efe de que unas 16.000 o 17.000 personas permanecen atrapadas y completamente aisladas en zonas inundadas, y aseguró que su organización dispone ya de 25 helicópteros que están participando en las tareas de rescate.

Las tropas intentan llegar a los cientos de miles de personas sin hogar o atrapadas por la inundación, pero las tareas de rescate son muy difíciles, pues las vías de transporte y comunicaciones están muy afectadas, incluso en áreas alejadas, como Islamabad. También hay zonas sin suministro eléctrico ni agua potable. Peshawar, la principal ciudad del noroeste, y los distritos de Swat y Shangla han quedado aislados del resto del país. Las lluvias también han afectado a las conflictivas áreas tribales limítrofes con Afganistán.

Las zonas más golpeadas son rurales y pobres, cuyos habitantes, aún sabiendo el riesgo de inundación, no se pueden permitir vivir en tierras más altas. Aunque el noroeste se ha llevado la peor parte, también la provincia suroccidental de Baluchistán ha sufrido los efectos del monzón, con 70 muertos y 100.000 desplazados la semana pasada, y algunas cosechas de la provincia del Punjab han quedado arruinadas. El miércoles, un avión con 152 personas a bordo se estrelló cerca de Islamabad debido al mal tiempo.

Petición de ayuda internacional

El primer ministro de Pakistán, Yusuf Razá Guilani, sobrevoló en helicóptero algunas de las zonas inundadas y ordenó que los equipos de rescate presten apoyo urgente a las víctimas, según un comunicadoemitido por su oficina. El Gobierno ha declarado el estado de emergencia y ha pedido ayuda internacional.

La temporada del monzón dura en Pakistán hasta principios de septiembre. Las predicciones meteorológicas prevén que las fuertes lluvias continúen los próximos 10 días.

Mientras, en la vecina Afganistán, el Ejército está tratando de llevar ayuda a las provincias de Jost (sureste) y Laghman (este), aunque los habitantes de la zona dicen que se necesita mucho más, informa la BBC. Sin embargo, es difícil alcanzar estas áreas montañosas, cuyas carreteras son muy malas y donde existe un alto riesgo de sufrir ataques de la insurgencia.


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