El Ejército francés se despliega para frenar los ataques a la policía


Un grupo asaltó ayer una comisaría en un pequeño pueblo por la muerte de un joven a manos de agentes.- En Grenoble, más de 20 personas han sido detenidas por la violencia desatada este fin de semana tras ser abatido un atracador
AGENCIAS / EL PAÍS - París / Madrid - 19/07/2010

El Gobierno francés ha ordenado esta noche el despliegue de 250 militares y dos helicópteros para detección de movimientos nocturnos en el pequeño pueblo de Saint-Aignan, situado en el centro del país, después de que por la tarde un grupo de 50 personas armadas con hachas y barras de hierro atacaran la comisaría de la Gendarmería. Según Jean-Michel Billon, alcalde de la localidad, de unos 3.400 habitantes, se trata de un "ajuste de cuentas" entre un sector de la población y las fuerzas de seguridad, que en la noche del viernes al sábado abatieron a tiros durante una persecución en coche a un joven de 22 años que se había saltado un control de carretera.

En el ataque de este domingo, una cincuentena de personas, la mayoría camufladas con máscaras y armadas con hachas y barras de hierro, atacaron la comisaría local, sin que haya constancia de heridos. Los agresores también provocaron daños en el alumbrado público, cortaron árboles e incendiaron al menos tres coches.

Según fuentes policiales citadas por el diario Liberation, las circunstancias de la muerte del joven a manos de la policía no han sido aún aclaradas, razón por la cual dos agentes están bajo custodia. Por otro lado, la familia del joven fallecido, que según algunos medios franceses es de etnia gitana, lo mismo que la mayoría de los asaltantes de la comisaría de policía, amenazó con hacer "arder" Saint-Aignan debido a la muerte del joven.

Sigue la tensión en Grenoble

Entretanto, en la ciudad de Grenoble, situada en el sureste de Francia, continúa la tensión provocada por la muerte de otro joven, el atracador de casinos Karim Bouboda (27 años), abatido el pasado jueves por un agente durante una persecución. Un hecho que la noche del viernes desató una escalada de violencia en el barrio de Villeneuve, uno de los más deprimidos de la ciudad, con quema de coches y enfrentamientos entre jóvenes exaltados y policía.

Como consecuencia, el Gobierno ordenó el sábado el despliegue de un dispositivo especial de seguridad para intentar contener la violencia, pero los disturbios prosiguen y la calma aún no ha vuelto al barrio. De momento, el saldo es de 20 detenidos por actos de vandalismo y agresiones contra la policía y más de 60 coches calcinados.


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