OPINIÓN
Corte Penal
Internacional, la gran mentira
25 DE ENERO DE 2018
Primer
caso de la CPI
El primer caso
conocido por la CPI fue el de Darfur, Sudán, iniciado en marzo de 2005 por
hechos de la magnitud de 300.000 muertos; 6 millones de personas necesitando
asistencia humanitaria, más de 400.000 refugiados. Hechos por los que el
gobernante Al-Bashir fue acusado por los delitos de crímenes de guerra, lesa
humanidad y genocidio. En 2009 se emitió una medida cautelar de captura, la
cual no se ha hecho efectiva; por el contrario, en 2010 hizo celebrar
elecciones presidenciales en las que se le declaró ganador y asumió
“legalmente” la presidencia. La orden de captura en su contra es objeto de
burla, ha declarado que es víctima de persecución colonialista. Está libre y
mandando. En igual situación están su ministro de la Defensa, Abdelrahim
Mohamed Hussein, y su ministro del Interior, Ahmad Mohamed Harun.
Primera
sentencia de la CPI
En junio de 2004 se
inició una investigación contra Thomas Lubanga, jefe militar de la República
Democrática del Congo, por crímenes de guerra; 8 años después la CPI dictó su
primera sentencia, en la cual se le condenó por la muerte de 60.000 personas y
el reclutamiento de 3.000 niños para incorporarlos como soldados durante los
conflictos de los años 2002 y 2003. Se le impuso pena de 14 años de
cárcel, fallo que se encuentra en apelación.
Otra
sentencia de la CPI
En otro caso, en
marzo de 2016, la CPI sentenció a Jean Pierre Bemba como culpable del delito de
crímenes de guerra y contra la humanidad ocurridos en 2002 en la República del
Congo. En el juicio actuaron 5.000 víctimas.
La sentencia tiene un
capítulo dedicado a analizar las actuaciones del fiscal Luis Moreno Ocampo,
contra quien se emitieron fuertes críticas por no supervisar el acceso a los
niños reclutados como soldados y cuyos testimonios fueron corrompidos mediante
pagos. Se asienta en el fallo que el fiscal Moreno Ocampo permitió dar
declaraciones engañosas, lo cual llevó a desestimar sus declaraciones.
La referida trama de
soborno de testigos y falsificación de pruebas motivó a la periodista de Le
Monde Stéphanie Maupas a escribir un libro muy crítico: El
Joker de los poderosos, la gran novela de la Corte Penal Internacional. Por
otra parte, el profesor de Derecho en la Universidad de Yale Juan Branco
escribió otro: El orden y el mundo, una crítica a la Corte Penal
Internacional, en el que la acusa de inoperante, una ácida crítica al
procedimiento de la CPI.
Investigación en
Colombia
Desde 2004 está en
situación de exámenes preliminares por denuncias de crímenes ocurridos durante
el conflicto armado sin llegar a conclusiones transcurridos como han sido 13
años.
Vladimir
Putín retiró a Rusia
En noviembre de 2016
el presidente de Rusia revocó su firma del Estatuto de Roma. Dijo su canciller:
“Lamentablemente, el tribunal no ha justificado las esperanzas puestas en él y
no se ha convertido en un órgano de justicia internacional independiente y de
prestigio. Dice mucho que en sus 14 años de trabajo, la CPI haya dictado solo 4
veredictos y gastado más de 1.000 millones de dólares”
Hay que advertir que
el presupuesto asignado a la Fiscalía es de 130 millones de euros anuales (160
millones de dólares) que el fiscal maneja a discreción y que el salario de este
es de aproximadamente 15.000 dólares mensuales más gastos, bonificaciones, etc.
Venezuela
El primer fiscal de
la CPI, Luis Moreno Ocampo, cerró sin investigar 22 denuncias de crímenes
cometidos durante los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Nunca ofreció
las razones para tal proceder y en la única oportunidad que habló de eso fue en
una entrevista que para CNN le hizo Patricia Janiot, quien le puso videos de la
represión contra las manifestaciones que ocurrieron en 2017 y Moreno Ocampo
dijo que eso solo eran “peleas callejeras con la policía”, no obstante que allí
cayeron asesinados 157 personas, en su mayoría estudiantes. Como excusa
el abogado agregó que el gobierno de Venezuela se tomaba muy en serio el
procedimiento al punto de que había nombrado a Haifa el Aissami como embajadora
ante la Corte, que era una persona muy preparada y muy activa a quien él había
escuchado, lo cual no fue más que la descarada confesión televisada del delito
de prevaricación.
A Moreno Ocampo le
sucedió en el cargo la abogada Fatou Bensouda, quien fue su fiscal adjunta y
por tanto ha debido tener conocimiento de todo cuanto hizo y dejó de hacer su
jefe.
Una investigación
periodística descubrió que este fiscal Moreno Ocampo tuvo participación en la
trama de los Panamá Papers referida a cuentas bancarias
secretas en paraísos fiscales, en los que se le encontraron tres empresas con
altas sumas de dinero. Otra investigación reveló que actuó en contra de los
intereses de la Corte al aceptar un contrato por 3 millones de euros para
asesorar al magnate libio Hassan Tatanaki, relacionado con un general libio
investigado por la Fiscalía.
La fiscal Bensouda
montó en cólera por las revelaciones sobre tales actos corruptos de quien fuera
su jefe y ordenó una investigación interna, pero no contra este, sino contra
los empleados que dieron la información.
Resumen
Visto que los muy
pocos casos conocidos por la Fiscalía se refieren a miles y miles de muertes,
crímenes masivos que constituyen un umbral muy elevado al compararse con los
157 asesinatos cometidos por el gobierno de Maduro y que se le denunciaron,
esto le ha de resultar una insignificancia.
Visto el retiro de
Rusia del Tratado de Roma bajo la acusación a la CPI de ineficacia.
Visto el engorroso
trámite que implica años de investigación cuando se llega a abrir como ocurre
con el caso de Colombia.
Vistas las
incidencias de corrupción que marcaron la gestión del fiscal Moreno Ocampo, las
cuales quedaron impunes, pasaron sin castigo. Y vista la cercanía que con él
tuvo la actual fiscal durante tales situaciones.
Y vista la muy fuerte
actividad que entre telones desarrolla el gobierno de Maduro ante la CPI y la
Fiscalía a través de su embajadora el Aissami, quien acaba de ratificar su
eficacia al lograr que dicha Corte invitara y con ello reconociera al ilegítimo
TSJ de Caracas al acto de apertura del año judicial en La Haya
Ratifico que:
La Corte Penal
Internacional no será el instrumento para que los venezolanos obtengamos
justicia referente a los crímenes imputables a las camarillas que han ejercido
el poder en Venezuela desde 1998 hasta hoy.
Que todo es mentira.
Que nada es verdad.
Y como definió
Eduardo Febbro, corresponsal de Página 12 en París: La Corte
Penal Internacional es “el tribunal mundial de la incompetencia”.