OPINION

2018: Francia y su diplomacia


JULIO CÉSAR PINEDA
11 de enero de 2018
Cuando presentamos el primer número de la “Revista Diplomacia”, dedicamos la portada y un trabajo especial al nuevo presidente de Francia, Emmanuel Macron, bajo el título “El Nuevo Rostro de Europa”. Su excelencia Romain Nadal, embajador de Francia en Venezuela, nos acompañó al lanzamiento de la revista, con una intervención sobre la dimensión internacional de este nuevo medio de comunicación al servicio del análisis y la comprensión de las situaciones políticas y sociales tanto en Venezuela como en el resto del mundo, y la necesidad de un periodismo analítico, de reflexión y propuestas.
En nuestra última colaboración para El Universal del año 2017 lo titulábamos “Macron. El Líder del 2017”. Señalábamos la importancia de esta nueva figura política, que encarna la Europa democrática y desarrollada frente a jefes de Estado que representan ya sean sistemas autoritarios como Rusia o China, o peligros a la libertad y a la justicia como el nuevo presidente de EEUU, Donald Trump. Más allá del multilateralismo y el respeto a los compromisos vinculados a la paz como Irán, Siria, Israel; el presidente Macron ha tomado como paradigma el imperativo ecológico por las amenazas que representan el cambio climático y el calentamiento global. Concluíamos con una de las frases, citando a Macron, “Si no transformo radicalmente a Francia, será peor que no haber hecho nada”.
En este 2018, entre las primeras actividades de los jefes de Estado destaca la del presidente Macron, cuando ha sorprendido a las grandes potencias con su nueva iniciativa y acercamiento a China, queriéndole dar a su gobierno la dimensión especial que en su tiempo le dio Charles de Gaulle, el creador de la V República, cuando en tiempos de la bipolaridad ubicó a Francia en una línea de independencia y equidistante de la Unión Soviética y de EEUU, con el acento particular de establecer esa especificidad frente a EEUU de Donald Trump y la nueva potencia económica pero dictatorial de la China de Xi Jinping. Macron envuelve con su política francesa a toda Europa, y frente al eslogan de “hacer grande a Estados Unidos nuevamente”, su planteamiento de convertir en potencia a la Unión Europea (UE) en lo económico, político, social, militar, pero fundamentalmente en lo cultural, científico y ecológico, marca la diferencia. París hoy es la capital mundial de la ecopolítica.
Frente a la crisis alemana con las dificultades para Ángela Merkel de formar gobierno, de un Reino Unido sin brújula por la situación de su retirada de la integración europea, con una España debilitada por la situación del separatismo catalán y una Italia ingobernable donde el resultado electoral es difícil, Francia aparece de nuevo como la alternativa para toda Europa y Macron como el nuevo líder que encarna en los ideales de la CEE (1957, hoy Unión Europea), desde sus inicios de 1957 con la Comunidad Económica Europea (CEE). El principal objetivo de la visita a China, es fortalecer los vínculos comerciales y políticos, particularmente con el nuevo proyecto de Pekín de la nueva Ruta de la Seda, en su interés por globalizar sus mercados, por eso el Presidente francés decidió escoger la antigua capital imperial de Xian para iniciar su gira, centro fundamental de lo que fue la Ruta de la Seda de importante en la diplomacia china. Insistió en que ese comercio debe estar doblemente direccionado para evitar la hegemonía que convierte en vasallos a los países que atraviesan. Pero lo más importante para Macron, fue la reunión que mantuvo con el Presidente chino donde se firmaron importantes acuerdos en materia financiera y su insistente demanda con el compromiso de China en materia ecológica y ambiental.
Frente a la diplomacia China de regalar un panda a los jefes de Estado, Macron respondió con el gesto de un caballo llevado desde Francia, el cual había sido admirado por Xi Jinping cuando vino a París en el 2014.
Antes de partir a China, Macron se encontró con su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan porque para Francia y también para Europa, Ankara  es un factor fundamental en la bisagra que une a Europa con Asia y Medio Oriente. Más allá de la situación de la Turquía de hoy, Europa desea la Turquía de siempre con lineamientos que estableció Ataturk en 1923 cuando creó la república y le dio una perspectiva democrática y de desarrollo luego de la desintegración del Imperio otomano en 1917. Europa se preocupa de la deriva autoritaria y pro islamista del gobierno turco y busca cerrar el ingreso de este país a la UE como lo vimos en  campaña electoral de Alemania, pero Francia propone una nueva iniciativa que permite una asociación y una futura adhesión de Turquía a los 27 Estados de la Unión Europea, esto en respuesta al desaliento y al cansancio de Ankara expresado por su Presidente de que los han dejado desde hace 50 años esperando su ingreso a este mecanismo de integración.
El presidente Macron en su agenda internacional tiene presente a Venezuela como toda la UE; así lo comprobamos con la visita del canciller portugués Augusto Santo Silva, a quien pudimos saludar en el Club Portugués en Caracas y escuchar su planteamiento en relación a nuestro país.


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