REFUGIADOS

La UE ofrece más dinero a Erdogan a cambio de que controle su frontera

Bruselas está dispuesta a acoger más refugiados desde Turquía y a ayudar a patrullar la frontera

 
Bruselas 5 OCT 2015 - 18:05 CEST           

Recep Tayyip Erdogan, en Bruselas
Recep Tayyip Erdogan, este lunes en Bruselas. / EMMANUEL DUNAND (AFP)
 
Bruselas ha recibido este lunes a uno de los actores más relevantes para aliviar la crisis de refugiados: el líder turco, Recep Tayyip Erdogan. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el de la Eurocámara, Martin Schulz, mantendrán esta noche una cena con Erdogan después de celebrar varias reuniones bilaterales. La Comisión ha elaborado un plan de acción —o contrato de confianza mutua con Turquía, según la denominación oficial— que se discutirá con el presidente Erdogan y que persigue contener los flujos de demandantes de asilo que llegan a suelo europeo procedentes de territorio turco.
El principio es el siguiente: Bruselas pide a Turquía que atienda mejor a los dos millones de refugiados que alberga en su territorio (solo una pequeña parte está en campos de refugiados). Y sobre todo le reclama que controle mejor su frontera de manera que no lleguen a Europa en proporciones tan abultadas. Solo en los nueve primeros meses del año 330.000 personas se han desplazado desde Turquía a Grecia, frente a solo 50.000 refugiados llegados de Siria que permanecieron en Turquía, según datos de la Comisión Europea.

 

En esa ingente tarea, la UE estaría dispuesta a prestar ayuda de control de fronteras marítimas al Gobierno turco, con la posibilidad de involucrar a expertos de Frontex (la agencia europea que coordina el control de fronteras) entre Turquía y Grecia.
A cambio de esas dos demandas, la Unión Europea ofrece más dinero del inicialmente previsto. Fuentes comunitarias dan por descontado que Juncker y Tusk comprometerán fondos por encima de los 1.000 millones de euros ya anunciados para que Turquía, el país con el mayor volumen de desplazados sirios, los atienda mejor.
Las instituciones europeas también aceptan el principio de acoger en el club comunitario a parte de esos refugiados que están allí, una idea que puede resultar controvertida. La prensa alemana apuntaba este fin de semana a que la UE podría estar dispuesta a hacerse cargo de medio millón, una cifra considerada prematura por las mismas fuentes europeas. Porque el principio es ese (la canciller alemana Angela Merkel comparte y apoya esta idea), pero las cifras pueden resultar difíciles de asumir para una UE que ha mostrado serios problemas para repartirse en un plazo de dos años a 160.000 solicitantes de asilo de los ya arribados a Europa.
El plan de acción con Turquía, por ahora, no incluye cifras. La Comisión aspira a lograr un compromiso de Erdogan en estas medidas prioritarias y a partir de ahí trabajar en la aplicación concreta. Pero las autoridades comunitarias también son conscientes de que el presidente turco no dará señales concretas hasta que pasen las elecciones parlamentarias que su país celebrará el próximo 1 de noviembre.
Aun así, Bruselas considera prioritaria la negociación con Turquía y por eso está dispuesta a actuar rápido. El Ejecutivo comunitario enviará esta misma semana una misión de alto nivel al país vecino para explorar todas las posibilidades que ofrece lo que vayan a acordar este lunes los dirigentes en Bruselas. La misión incluirá a expertos de interior, migraciones, ampliación europea y ayuda al desarrollo.
Pese a la importancia de la visita de Erdogan al corazón de Europa, no ha habido conferencias de prensa -solo se ha producido una breve comparecencia sin preguntas de Erdogan con Tusk- porque Erdogan ha alegado problemas de agenda, aseguran fuentes comunitarias. Se evitan así situaciones incómodas con un candidato a la integración europea que no cumple los criterios de Estado de derecho que predica la UE —con las encarcelaciones de periodistas como un buen exponente de esas prácticas— pero al que Europa necesita para mitigar su mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial.
Esa breve alocución ha servido para dejar claras algunas cosas. La primera, que las instituciones turcas creen que ya han hecho suficiente y reprochan a Europa su alarma por una llegada de refugiados muy inferior a la que soporta Turquía. "Estoy orgulloso de poder decir que Turquía ha asumido su responsabilidad y que no hemos devuelto a nadie a su país de origen. Ahora Europa se está enfrentando a eso y trata de encontrar una solución común. Estamos abiertos a todo tipo de cooperación en este terreno", ha asegurado Erdogan en presencia de Tusk. Menos diplomático, el líder turco ha censurado el apoyo que la UE brinda a algunos grupos opuestos al régimen sirio de Bachar el Asad (principalmente kurdos que combaten a Daesh). "El PYD [kurdos de Siria] es un grupo terrorista, no podemos hablar de terroristas buenos contra malos. Espero que nuestros amigos europeos muestren sensibilidad al respecto", ha concluido.
El presidente turco había hablado más abiertamente ante los medios en Estrasburgo, antes de volar a Bruselas. Y allí dejó clara su visión de lo que la UE considera un problema. “Europa está incómoda incluso con el más mínimo flujo migratorio. ¿Qué nos dicen a nosotros? Oh, no abráis las puertas, no les dejéis que lleguen aquí”, se mofó Erdogan, según unas declaraciones del diario Hurriyet recogidas por Reuters.

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