El Baradei se suma a la protesta en Egipto

El opositor egipcio anuncia su visita en el tercer día de disturbios
NURIA TESÓN | El Cairo 27/01/2011

Mohamed El Baradei, símbolo de la oposición egipcia y ex director del Organismo Internacional para la Energía Atómica, ha comunicado que regresa hoy a Egipto para participar en las protestas. "Vuelvo a El Cairo y vuelvo a la calle, porque, realmente, no hay otra elección. Hay que estar ahí acompañando a la multitud y esperando que la situación no se ponga fea, pero hasta el momento, el régimen parece no haber entendido el mensaje", ha comentado en una entrevista para la web The Daily Beast .

El Baradei, premio Nobel de la Paz en 2005, fundó en febrero de 2010 la Asociación Nacional para el Cambio, una plataforma política heterógena lanzada con vistas a los comicios presidenciales de este año y que aunque se ha mantenido hasta ahora al margen de las protestas finalmente ha manifestado su apoyo a las mismas.

Entre tanto esta madrugada las calles de El Cairo continuaron funcionando como el escenario de un juego del gato y el ratón entre la policía y los manifestantes que desafían la prohibición del Gobierno de participar en nuevas protestas. Durante todo el miércoles los manifestantes se concentraron en el centro de El Cairo, en Suez y en Alejandría para darle un nuevo impulso a las manifestaciones que el martes dejaron cuatro muertos. A última hora de la noche del miércoles se anunció que se habían producido dos nuevas víctimas, pero una fuente policial citada por la agencia Reuters asegura que los fallecimientos procedían de un accidente de tráfico que nada tenía que ver con los disturbios.

La protesta en la capital para exigir la salida de Hosni Mubarak, en el poder desde 1981, se desarrolló frente a las sedes de los sindicatos de periodistas y abogados, muy cerca de los tribunales, en donde la policía ha cargado con porras y gases lacrimógenos. También se registraron enfrentamientos en otros puntos de El Cairo en los que los manifestantes quemaron neumáticos y lanzaron piedras a las fuerzas de seguridad. Ya entrada la noche, tras cantar consignas contra el Gobierno en la céntrica plaza de Tahrir, la policía -portando chalecos antibalas- tomó control del lugar y dispersó a los manifestantes.

La red social Facebook fue de nuevo la herramienta que los jóvenes emplearon para convocarse en varias localidades. El mensaje corría ayer de terminal en terminal: "Hijos de Egipto, tomad las calles". De este modo el grupo opositor Jóvenes del 6 de Abril, uno de los organizadores, animaba a no perder el espíritu que había impulsado las mayores revueltas de los últimos 30 años en el que denominaron como día de la ira. Y así también la juventud egipcia volvía a situarse a la vanguardia de la revuelta dejando atrás a sus líderes políticos.

En respuesta, las autoridades decidieron bloquear el servicio de microblogging Twitter, reactivado hace apenas unas horas, por medio de la cual los ciberactivistas están llamando a continuar con las protestas contra el régimen. El Baradai, que no había publicado nada desde el pasado 24 de enero en su cuenta, ha vuelto a tuitear hace 10 horas. Las reacciones entre sus seguidores han sido diversas; mientras unos le pedían que volviera para liderarles, otros eran mucho más críticos y le invitaban a que regresara a Austria o le preguntaban dónde se había metido.

Reacción policial violenta

El malestar por la pobreza, el alto desempleo, la corrupción y la represión, sumado a la revuelta de Túnez, es el cóctel que está alimentando las protestas. Las autoinmolaciones, a imitación de la que acabó con el régimen tunecino, han desatado una incontenible ola de manifestaciones. "El pueblo egipcio está asfixiado", afirmaban los manifestantes.

El Ministerio del Interior solo ha sido capaz de plantear como respuesta una fuerte represión policial. El gabinete publicó la mañana del miércoles un comunicado en el que asegura que no permitirá nuevos incidentes violentos. Según fuentes ministeriales, las fuerzas de seguridad egipcias han detenido al menos a 500 manifestantes. Uno de ellos es Mark Gamal, un ciudadano egipcio casado con una española que se encuentra en paradero desconocido desde la noche del martes.

También cayó por su propio peso el intento del Gobierno de desautorizar la revuelta argumentando que los islamistas Hermanos Musulmanes estaban comandándola. Estos, al igual que el resto de dirigentes políticos, han quedado en un segundo plano ante la fuerza de los egipcios de a pie, que están siguiendo a los jóvenes que abanderan el cambio. Un cambio político y ausente en consignas de corte islamista, como pretendía contaminar el régimen.

La tensión se extiende por todo el país

En Suez, cientos de manifestantes se congregaron desde primera hora del miércoles a las puertas de la morgue para exigir la entrega de uno de los tres cadáveres de los manifestantes caídos el martes. Aseguraban que había muerto tiroteado y exigían una autopsia, según Reuters. "Oh Habib, dile a tu señor que tus manos están llenas de nuestra sangre", refiriéndose al ministro del Interior, Habib al Adli.

La plaza de Tahrir en El Cairo se ha convertido en el símbolo de esta revuelta. Por eso durante todo el miércoles los ciudadanos intentaron alcanzarla sin éxito. Al anochecer, miles de personas continuaban enfrentándose a la policía, que no dudó en dispersarles con gases lacrimógenos. "¿Por qué me pegas?, estoy luchando también por tus derechos", recriminaba un joven al policía que blandía frente a él una porra. El desconcierto duró apenas lo que tardó en dar el siguiente golpe.

Las 500 detenciones oficiales se suman a las más de 200 registradas por la Red Árabe para la información de derechos humanos (ANHRI) el martes pasado. El director de ANHRI, el abogado Gamal Eid, explicó que la mayoría fueron detenidos durante la noche en los enfrentamientos que se produjeron en la citada plaza y en persecuciones por todo el centro de la ciudad.

"Muchos de ellos han sido golpeados y torturados. Y a algunos heridos los secuestraron en los hospitales y se los llevaron a dos campos de detención en las afueras de la ciudad", detalla Eid. Varias organizaciones internacionales de derechos humanos han denunciado que en las comisarías y cárceles egipcias se practica la tortura de forma sistemática. "Hemos hecho saber al fiscal general que todas las detenciones son ilegales porque se han realizado en una manifestación legal y en contra de los derechos. Esto es un crimen", concluye el abogado.

Todos somos Jaled Said

La revuelta egipcia, al igual que la tunecina, está teniendo un nombre propio que ha encabezado las convocatorias a manifestarse en las calles. Jaled Said perdió la vida el pasado verano en Alejandría. Su familia, respaldada por organismos internacionales y apoyada en testigos oculares, denunció que los policías arrestaron a Said en un cibercafé, lo arrastraron y lo golpearon en la entrada de un edificio cercano hasta la muerte. Su caso convulsionó a la sociedad egipcia, que se echó a la calle en protestas multitudinarias que reunieron a más de 3.000 personas en Alejandría y han sido el germen de parte de lo que está ocurriendo ahora en Egipto.

"Nos hizo despertar", señala Mohamed, un estudiante de Medicina que participó en aquellas manifestaciones. "Meses después de aquellas protestas un amigo me mandó desde Londres una foto de un tipo que lucía en una manifestación una camiseta con la cara de Jaled Said", explica. "Me pareció que lo que estamos haciendo empieza a tener sentido y que en Europa empiezan a oírse nuestras quejas".

Las fotos del cuerpo y el rostro desfigurado de Said (dientes rotos, mandíbula torcida, cara hinchada) corrían como la pólvora por la red social Facebook. Pronto la protesta cuajó en una página llamada We are all Khaled Said (Todos somos Jaled Said). Mohamed es uno de los casi 400.000 miembros que tiene la página. El muro de Facebook pasó en pocos meses de denunciar la tortura a extender sus críticas al régimen de Mubarak. Su creador, un anónimo individuo que prefiere trabajar en la sombra, asegura que se siente "orgulloso, enfadado, triste y esperanzado", respecto a todo el movimiento que han logrado generar con otros jóvenes egipcios. No solo eso, sino que han cobrado tanta fuerza que la página fue censurada y reabrió poco después en inglés y en árabe con una nueva versión web.

La pasada semana crearon un grupo para animar a la revuelta del martes y en poco tiempo superaron las 60.000 adhesiones. En opinión de su administrador no fue más que el principio: "El viernes volveremos a vivir otro día de la ira".




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