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Del póquer a la yihad en un año

El joven que atropelló el lunes a dos soldados se transformó al islam hace más de un año

 

 

 

Martin Rouleau-Couture / EL PAÍS
 
Martin Couture-Rouleau pasó en poco tiempo de ser un joven canadiense al que le gustaba la fiesta, jugar al póquer y comer bien a transformarse en uno hermético y distante que se adentró en la senda del yihadismo islámico. Couture-Rouleau, de 25 años, atropelló deliberadamente el lunes a dos soldados en un pueblo de Quebec, acabando con la vida de uno de ellos, de 53 años. La transformación del joven alarmó a su familia y a su círculo cercano, que dio la voz de alarma a las fuerzas del orden. Pero parece que la policía nunca llegó a imaginar lo sucedido el lunes en Saint-Jean-sur-Richelieu, un pequeño pueblo al sureste de Canadá, a 40 kilómetros de Montreal.
La policía lo interrogó en varias ocasiones -la última hace dos semanas- e incluso le retiró el pasaporte por miedo a que se uniera a grupos extremistas después de que tratara de viajar a Turquía. Pero no lo arrestó por falta de pruebas. Según los investigadores, Couture-Rouleau se convirtió al islam en abril de 2013 y al mes siguiente empezó a publicar en Internet mensajes fundamentalistas.
De momento, se desconoce si Couture-Rouleau -que murió por disparos de un agente tras el atropello- mantenía alguna vinculación con el sospechoso que este miércoles desató el caos en el centro de Ottawa -la capital de Canadá- y abrió fuego en los alrededores del Parlamento. Un soldado resultó muerto por los disparos. A falta de pruebas, resulta llamativo, en cualquier caso, que en tres días se hayan producido dos ataques a militares en Canadá. El suceso de este miércoles llega, además, al día siguiente de que volaran hacia Kuwait los seis aviones de combate canadienses que participarán en los bombardeos de la coalición internacional contra posiciones del Estado Islámico (EI) en Irak.
Los servicios de inteligencia llevan años avisando de los peligros de extremistas criados en Canadá y según sus estimaciones, al menos 50 canadienses se han alistado al EI o a otros grupos radicales en Oriente Próximo. La policía canadiense reveló a principios de octubre que estaba investigando a 90 individuos que estaban intentando unirse al yihadismo en el extranjero o que habían vuelto a Canadá tras participar en actividades terroristas.
La policía de Canadá reveló el martes que Couture-Rouleau era uno de los 90 potenciales yihadistas que estaban siendo investigados. Las fuerzas de seguridad empezaron a vigilar al joven en junio y un mes después lo detuvieron cuando tenía previsto viajar a Turquía. Sin embargo, fue liberado por falta de pruebas de que tuviera previsto unirse a un grupo extremista en Oriente Medio aunque su pasaporte fue retenido. La policía también contactó con el imán de la mezquita a la que el chico acudía regularmente a rezar.
Ahora la opinión pública se pregunta si la policía podía anticipar -cuando lo interrogó por última vez el pasado día 9- el grado de radicalización de Couture-Rouleau y debía haberlo detenido. “Es muy difícil saber exactamente qué planea hacer un individuo antes de que cometa un delito”, esgrimió el martes la superintendente de la Policía Montada de Canadá Martine Fontaine. “No podemos arrestar a alguien por tener pensamientos radicales. No es un delito en Canadá”.
Según fuentes de seguridad citadas por medios canadienses, el autor de los hechos trabajaba en una empresa de limpieza. Todavía no se ha determinado exactamente dónde vivía el joven, si lo hacía en un bungalow cerca del lugar del suceso o en casa de sus padres. Según algunos medios, tenía un hijo pequeño pero éste vivía con su madre.
Un amigo suyo dijo este miércoles a una radio local que Couture-Rouleau aspiraba a morir como un mártir. El lunes falleció por disparos de la policía tras una persecución en coche posterior a su ataque a los soldados. Lo que más alarmó a la policía eran los mensajes que publicaba Couture-Rouleau en Internet. El joven tenía una cuenta en Facebook y otra en Twitter con un nombre árabe y desde las que seguía a cuentas extremistas. En sus mensajes,  expresaba opiniones contrarias a los militares, al sistema político y a las comunidades judías y cristianas. Su último actividad en Internet fue el viernes. Cambió su fotografía de perfil en Facebook por una imagen de dos puertas, una que lleva al cielo y otra al infierno.

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