LA AMENAZA YIHADISTA

 

El Ejército iraquí intenta liberar un enclave chií cercado por los yihadistas

Amerli, con mayoría de población turcomana, carece ya de electricidad y comida

 

 
Desplazados yazidíes en Dohuk, este lunes. / YOUSSEF BOUDLAL (REUTERS)
 
El Ejército iraquí reforzaba este miércoles sus posiciones cerca de Amerli en preparación de un nuevo intento de liberar esa ciudad. Es una guerra de nervios. Desde hace dos meses el Estado Islámico (EI) tiene sitiados a 12.000 de sus habitantes. Se trata del principal enclave chií que queda tras las líneas de ese grupo extremista suní. El ayatolá Ali Sistani y la ONU han alertado del riesgo de que los yihadistas perpetren una matanza.

 

“Las fuerzas de seguridad en colaboración con el ejército popular ya están preparadas para entrar en Amerli”, declaró Mahdi Taki, responsable de Seguridad de la provincia de Saladino, a la que pertenece esa ciudad, citado por la cadena de televisión Al Forat.
El anuncio coincide con un aumento de tropas y material en la zona, según la misma fuente. La víspera, la aviación iraquí bombardeó posiciones del EI en las aldeas próximas en las que se ha hecho fuerte.
El EI tomó los alrededores de Amerli durante su ofensiva del pasado junio. La población, en su mayoría turcomanos chiíes, montó una precaria pero feroz resistencia con ayuda de la policía local. Los yihadistas optaron entonces por cortar el suministro eléctrico y bloquear todos los accesos. Los turcomanos son el tercer grupo étnico de Irak, tras los árabes y los kurdos; en torno al 40% de ellos son chiíes.
Sin electricidad y con una creciente escasez de alimentos, los vecinos de Amerli llevan semanas pidiendo una intervención militar. El Ejército iraquí ha tratado de romper el bloqueo llevando suministros con helicópteros y sacando en ellos a enfermos, mujeres y niños, según un vídeo difundido por el Ministerio de Defensa. Pero los yihadistas disparan contra ellos, lo que limita sus operaciones.
La ONU alerta del riesgo de que el Estado Islámico cause una matanza
“De momento no hay ninguna posibilidad de evacuarles”, ha declarado Eliana Nabaa, portavoz de la misión de la ONU en Irak, citada por la agencia France Presse. Nabaa lamentó que la ayuda que se ha podido enviar era insuficiente.
Amerli se encuentra pocos kilómetros al sur de las posiciones kurdas, tras cuyas líneas han encontrado refugio cientos de miles de desplazados de todas las confesiones. Pero tal como ha explicado a EL PAÍS el portavoz de los peshmergas, el brigadier Helgurd Hikmet, esas tropas no han recibido la orden de avanzar sobre la ciudad, que queda fuera de los territorios que el Gobierno regional del Kurdistán reclama como propios.
La difícil situación de Amerli ha desatado dolorosas comparaciones. Mientras que la comunidad internacional se movilizó ante el cerco del EI a los yazidíes de Sinjar, nadie ha levantado la voz por esta población hasta que el líder de los chiíes, el ayatolá Ali Sistani, hizo un llamamiento a acudir en su ayuda durante la plegaria del viernes.
Las tropas kurdas no tienen orden de intervenir en auxilio de la ciudad
Al día siguiente, el representante especial de la ONU en Bagdad, Nikolay Mladenov, se hizo eco de su inquietud y pidió “una acción inmediata para impedir la posible matanza”. Los temores no son descabellados. El EI considera apóstatas a los chiíes. La ONU ha acusado a este grupo de practicar la “limpieza étnica y confesional” en las zonas que controla. Como en el caso de Sinjar, entre los escapados de Amerli también circulan relatos espeluznantes de familias en las que han matado a los hombres y se han llevado a mujeres como escudos humanos o para violarlas.
“La gente sobrevive en condiciones desesperadas”, aseguraba Mladenov antes de instar “al Gobierno iraquí a hacer todo lo que esté en su mano para levantar el sitio”. El representante de la ONU también pedía a la comunidad internacional que “ayude a las autoridades para evitar una tragedia”.
Tras la decapitación de un periodista estadounidense como brutal respuesta del EI a su expulsión de la presa de Mosul, fuentes humanitarias temen que el grupo pueda atacar Amerli como una provocación sectaria. Pero si la liberación de la ciudad se fía sólo a las milicias chiíes, que constituyen el grueso de los voluntarios, también se corre el riesgo de que desate una espiral de venganza hacia la población suní.
Además, esas tropas ya han intentado sin éxito recuperar la ciudad en varias ocasiones. De ahí que algunos hayan pedido la intervención aérea de EE UU y una acción concertada del Ejército iraquí y las fuerzas kurdas.
Amerli ya llegó tristemente a los titulares de los medios internacionales en junio de 2007. Entonces, en medio de la guerra sectaria que desangraba el país, un camión bomba mató a un centenar de personas e hirió al menos a 250 al estallar en medio de un mercado.
 

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