EL ESCÁNDALO DEL CIBERESPIONAJE

Berlín convoca al embajador de EEUU por el posible espionaje a Merkel

Crece la indignación en Alemania después de que el Gobierno revelase que el móvil de la canciller ha podido ser interceptado

 

Merkel y Obama, en la cumbre del G20 de septiembre en San Petersburgo. / KIRILL KUDRYAVTSEV (AFP)

 
Alemania convocó el jueves al embajador estadounidense en Berlín, John B. Emerson, para pedir explicaciones sobre el supuesto espionaje del teléfono móvil de la canciller Angela Merkel por parte de los Servicios secretos estadounidenses. El ministro de Exteriores en funciones, Guido Westerwelle, se reunirá esta tarde personalmente con el enviado de Washington en la sede de su Ministerio. Tanto la convocatoria del Embajador como la reunión personal con el jefe de la Diplomacia alemana son medidas extraordinarias, con las que Berlín manifiesta su indignación por las sospechas de espionaje a su Gobierno. El miércoles, la propia canciller Merkel llamó al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para protestar por el presunto espionaje de su teléfono. Un portavoz de la Casa Blanca aseguró acto seguido que Washington “ni vigila ni vigilará” el móvil de Merkel. Lo que no dijo es si lo han espiado en el pasado.
Los portavoces de Exteriores anunciaron el jueves que Westerwelle expondrá ante Emerson la “sorpresa y la indignación” alemanas ante las sospechas de que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense fisgoneó en las comunicaciones de Merkel. La canciller utiliza su móvil muy a menudo, tanto para hablar como para enviar mensajes de texto con los que se comunica con ministros y personal de confianza.
Las sospechas partieron de una investigación del semanario de Hamburgo Der Spiegel, que se dirigió al Gobierno con documentos que apuntan al espionaje. Los servicios secretos alemanes comprobaron los datos y alertaron a Merkel de que las sospechas son plausibles. El portavoz de la canciller, Steffen Seibert, dijo el miércoles por la noche que Merkel se quejó a Obama por lo que, de confirmarse, considera “prácticas absolutamente inaceptables”.
La canciller Angela Merkel protestó el miércoles ante el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, por el posible espionaje de su teléfono móvil por parte de los servicios secretos estadounidenses. Según su portavoz Steffen Seibert, la jefa del Gobierno alemán advirtió a Obama que “rechaza categóricamente estas prácticas, que considera inaceptables”. Seibert confirmó el miércoles por la tarde que Alemania reclamó “un inmediato y completo esclarecimiento” del asunto, después de obtener “indicios sólidos” de que los espías de Washington vigilan las comunicaciones del teléfono celular de la canciller.
El portavoz añadió que, de confirmarse, el espionaje “supone un grave abuso de confianza” que debería “detenerse de inmediato”. Merkel es una usuaria constante de su teléfono móvil, con el que envía frecuentes mensajes de texto a sus ministros y consejeros. Hasta ahora, el Gobierno alemán había dicho confiar en la privacidad de sus comunicaciones.
La Casa Blanca se lanzó rápidamente a negar el espionaje a la canciller. Jay Carney, portavoz de Obama, aseguró el miércoles que “Estados Unidos no vigila ni vigilará las comunicaciones de la canciller”. No negó Carney que hayan sido espiadas en el pasado.
La drástica reacción alemana tiene su origen en diversas informaciones del semanario de Hamburgo Der Spiegel, que este verano detalló el espionaje masivo de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) sobre las comunicaciones europeas. Tras comprobar estas sospechas, los servicios secretos alemanes alertaron al Gobierno. Ven indicios plausibles de que Merkel está en el punto de mira de los espías al servicio de la Casa Blanca.

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