Napolitano lucha para desbloquear la parálisis política en Italia
El presidente intenta capitalizar su reelección para impulsar un gobierno de coalición
El veterano político asume hoy su segundo mandato
La dimisión de Bersani facilita la vía a un Ejecutivo con el partido de Berlusconi
Giorgio Napolitano. / VINCENZO PINTO (AFP)
Giorgio Napolitano, reelegido presidente de la República italiana con 87 años, tiene previsto jurar esta tarde el cargo ante el Parlamento y en su discurso se prevé que pedirá a las fuerzas políticas que colaboren para formar un Gobierno. Tras ser elegido el pasado sábado, el primer presidente de la historia italiana que repite mandato advirtió a las fuerzas políticas que durante su juramento comunicaría "cuáles son los términos" por los que aceptó la petición para repetir su mandato.
Varios analistas políticos italianos creen que Napolitano ha puesto como condición para aceptar un nuevo mandato que los principales partidos formen un Gobierno de coalición que se ocupe de algunos asuntos urgentes, entre ellos la reforma de la ley electoral. Italia vive en un estado de parálisis política desde que el pasado mes de febrero las elecciones legislativas arrojaran un resultado demasiado fragmentado. La dimisión de Bersani como secretario del Partido Democrático parece ahora abrir la vía a un acuerdo. Bersani se negaba a un Gobierno de coalición con el partido de Berlusconi, que había manifestado su disponibilidad para un acuerdo.
Napolitano fue reelegido con 739 votos, el 75 % de las preferencias del Parlamento, y después de que los partidos le rogasen que se mantuviese en su cargo al verse incapaces de elegir a otro candidato.
Se prevé que Napolitano ya mañana realice una nueva ronda de consultas para mostrar a los partidos políticos su plan para salir de la crisis institucional del país, que desde las elecciones de los pasados 24 y 25 de febrero no consigue formar Gobierno, ya que ningún partido tiene la mayoría para recibir la investidura en el Senado.
Napolitano, según la prensa italiana, propondrá a los partidos un Gobierno "del presidente", es decir, elegirá él a una figura de gran calibre para ser primer ministro y el Ejecutivo estará formado por las fuerzas políticas que se comprometan a apoyarle.
La ceremonia del juramento se realiza en el Parlamento ante los electores que han podido elegir al presidente, es decir senadores, diputados y 58 representantes regionales.
Mientras que el presidente de la República llega al hemiciclo, suena la histórica campana del palacio de Montecitorio, sede del Parlamento, después pronunciará las palabras del juramento y se disparan 21 salvas desde el cañón que se encuentra en la colina romana del Gianicolo.
Tras ello, Napolitano tomará la palabra y pronunciará su discurso, que en esta ocasión será de vital importancia ya que dará las pautas para la formación del Gobierno.
La ceremonia de investidura del jefe de Estado termina con una visita ante el Altar de la Patria, donde se rinde homenaje al soldado desconocido.
Varios analistas políticos italianos creen que Napolitano ha puesto como condición para aceptar un nuevo mandato que los principales partidos formen un Gobierno de coalición que se ocupe de algunos asuntos urgentes, entre ellos la reforma de la ley electoral. Italia vive en un estado de parálisis política desde que el pasado mes de febrero las elecciones legislativas arrojaran un resultado demasiado fragmentado. La dimisión de Bersani como secretario del Partido Democrático parece ahora abrir la vía a un acuerdo. Bersani se negaba a un Gobierno de coalición con el partido de Berlusconi, que había manifestado su disponibilidad para un acuerdo.
Napolitano fue reelegido con 739 votos, el 75 % de las preferencias del Parlamento, y después de que los partidos le rogasen que se mantuviese en su cargo al verse incapaces de elegir a otro candidato.
Se prevé que Napolitano ya mañana realice una nueva ronda de consultas para mostrar a los partidos políticos su plan para salir de la crisis institucional del país, que desde las elecciones de los pasados 24 y 25 de febrero no consigue formar Gobierno, ya que ningún partido tiene la mayoría para recibir la investidura en el Senado.
Napolitano, según la prensa italiana, propondrá a los partidos un Gobierno "del presidente", es decir, elegirá él a una figura de gran calibre para ser primer ministro y el Ejecutivo estará formado por las fuerzas políticas que se comprometan a apoyarle.
La ceremonia del juramento se realiza en el Parlamento ante los electores que han podido elegir al presidente, es decir senadores, diputados y 58 representantes regionales.
Mientras que el presidente de la República llega al hemiciclo, suena la histórica campana del palacio de Montecitorio, sede del Parlamento, después pronunciará las palabras del juramento y se disparan 21 salvas desde el cañón que se encuentra en la colina romana del Gianicolo.
Tras ello, Napolitano tomará la palabra y pronunciará su discurso, que en esta ocasión será de vital importancia ya que dará las pautas para la formación del Gobierno.
La ceremonia de investidura del jefe de Estado termina con una visita ante el Altar de la Patria, donde se rinde homenaje al soldado desconocido.
