Siria: diplomacia intrincada

Mientras la oposición trata de limar sus diferencias, siguen los esfuerzos de Annan, pero nada está claro El País 29 MAR 2012 - 00:02 CET Archivado en:OpiniónKofi AnnanBachar el AsadSiriaOriente próximoAsiaConflictos 1 Si se consigue que Gobierno y oposición siria acepten el plan que promueve Kofi Annan, (…) se podría afirmar con total certeza que ambas partes lo aceptan con mala fe, la una con la intención de no ceder ni una brizna del control real y la otra parte con la esperanza de manipular la situación tras el alto el fuego de manera que se pudiera derribar a Bachar el Asad, su familia y a todos los que le apoyan. Asad y quienes le sostienen consideran que si ceden, ese será su final, mientras que los grupos de la oposición mantienen diferencias sobre muchas cuestiones pero en absoluto sobre la imperativa necesidad de venganza, de cuya oportunidad bien podrían plantearse un retraso pero nunca una renuncia. Así pues, la cuestión es si tiene sentido seguir intentado una solución tan patentemente artificial. La respuesta es que sí por diferentes razones. (…) El éxito de un plan de esta naturaleza depende de persuadir a ambas partes de que les permitirá tender una trampa a la contraria y también de que las potencias extranjeras sigan teniendo la impresión de que el plan sirve a sus intereses. (…) Estados Unidos debe pensar que se ha quedado aislado con su insistencia en la salida del poder de Asad sin ser capaz de forzarla realmente. Mientras la oposición trata de limar sus diferencias, (…) prosiguen los esfuerzos diplomáticos de Annan, pero nada está claro, ni siquiera lo que de verdad ha decidido el Gobierno sirio. Si fracasa el plan, no sería una sorpresa. Si tiene éxito, o algo parecido, el conflicto proseguirá (...), pero al menos tendrá un menor coste en vidas humanas. Londres, 28 de marzo

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