Obama advierte a Irán de que se reduce el margen para una solución pacífica

El primer ministro británico, David Cameron, afirma que la operación militar en Afganistán está “en la fase final” Antonio Caño Washington 14 MAR 2012 - 20:00 CET24 El presidente Barack Obama y el primer ministro británico, David Cameron, participan en una rueda de prensa hoy en la Casa Blanca. / MANDEL NGAN (AFP)
Barack Obama y el primer ministro británico, David Cameron, han recomendado al Gobierno iraní aprovechar la ocasión que le ofrecen las grandes potencias de negociar su programa nuclear porque, según ha advertido el presidente estadounidense, el margen para resolver esto por la vía diplomática se está reduciendo. Los dos líderes han coincidido en la necesidad de completar el trabajo de diez años en Afganistán, aunque Cameron ha precisado que “estamos en la fase final de la operación militar”. Además de Irán y Afganistán, Obama y Cameron han discutido hoy en la Casa Blanca soluciones para la crisis en Siria y la evolución de los problemas económicos en Europa. Ambos entienden que, aunque se preste atención a la reducción del déficit presupuestario de cada nación, es preciso comenzar a impulsar políticas de crecimiento económico en los países europeos. Obama empuja en esa dirección a Cameron, más remiso en esta materia. más información Obama sopesa acelerar la retirada de Afganistán La visita de Cameron, en fotos Respecto a Siria, los dos han admitido la carencia de opciones militares -“este caso no es como el de Libia”, han comentado- para detener la represión que el régimen ejerce sobre la población, y se han limitado a prometer que mantendrán la presión diplomática y buscarán formas de ayuda humanitaria. “Queremos ayudar a impulsar una transición, no provocar una revolución o una guerra civil”, ha manifestado el primer ministro británico en la rueda de prensa conjunta que siguió a su reunión formal. Cameron volverá esta noche a la residencia presidencial para participar en una cela de gala. Esta es una visita que, al margen de repasar los múltiples intereses que Estados Unidos y Reino Unido comparten en todo el mundo, trata de solemnizar la excepcional relación que existe entre esos dos países, unidos siempre, como los dos gobernantes certificaron, en lo bueno y en lo malo, en las causas más ambiciosas y nobles, como la liberación de Europa del nazismo, y en las situaciones más desesperadas y amargas, como en la reciente guerra de Irak. Esa relación, históricamente definida como “especial”, permite que Obama hable con Cameron con mayor confianza que con ningún otro invitado a la Casa Blanca. Irán ha sido el asunto más delicado que trataron, dada la tensión que ha alcanzado esa crisis, en la que el reloj parece avanzar inexorablemente hacia la guerra. Hace poco más de una semana pasó por el Despacho Oval el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, otro gran aliado pero de diferente categoría. Con Israel existe una relación estratégica, necesaria, pero incómoda. Con Reino Unido, es una fraternidad. En su encuentro con Netanyahu, Obama aprovechó para hacer explícita la amenaza de intervención militar si Irán no renunciaba voluntariamente a la construcción de una bomba atómica. Hoy ha dado un paso más al advertir que las posibilidades de paz disminuyen. “Después de tantas sanciones aplicadas, de tanta presión ejercida, hay que reconocer que el margen de oportunidad de una solución diplomática se está reduciendo”, ha manifestado el presidente norteamericano. Ha insistido, no obstante, en que aún hay posibilidades, ha recordado que hay que esperar a comprobar el efecto que surten las nuevas sanciones sobre la industria petrolera que los países europeos van a poner en vigor a partir de este verano. Pero Obama ha sonado pesimista. Ha reconocido que no está seguro de que el régimen iraní vaya a aprovechar la ocasión que se le ofrece. Cameron ha apostado igualmente por la solución diplomática de la crisis iraní como primera opción, pero ha repetido a continuación la frase ritual de la Administración norteamericana de que “todas las opciones están sobre la mesa”, en el caso de que fracase la negociación. Los dos líderes han dado indicaciones de haber discutido la posibilidad de acelerar el ritmo de retirada de Afganistán, aunque se remitieron a la cumbre de la OTAN en Chicago, el próximo mes de mayo, para anunciar cualquier novedad. “No anticipo cambios en el calendario, pero las decisiones sobre la siguiente fase se tomarán en Chicago”, ha dicho Obama. Ambos han defendido el objetivo de la guerra y los progresos que, según ellos, se han hecho en estos tres últimos años, pero han puesto el énfasis en la fase de transición para entregar el mando a las autoridades afganas. “Es importante el aspecto político; las partes tienen que entender la necesidad de llegar a un arreglo para poner fin a la guerra”, ha manifestado el presidente norteamericano.

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