Kofi Annan negocia hoy en Siria con El Asad un alto el fuego "inmediato"

El enviado de la ONU y la Liga Árabe exigirá al líder del régimen que detenga sus ataques y le pedirá lo mismo a la oposición en el exilio en cuanto abandone el país en guerra El País / EFE Madrid 10 MAR 2012 - 07:12 CET2 Kofi Annan, el jueves en El Cairo. / G. GUERCIA (AFP)
Kofi Annan se entrevistará hoy en Damasco, capital de Siria, con el presidente Bachar el Asad e intentará pactar con él un alto el fuego que corte las continuas muertes de civiles. El empeño del régimen dinástico sirio en sofocar por la fuerza la insurrección de parte de sus ciudadanos ha causado alrededor de 7.500 muertos desde que empezaron las protestas hace un año, según estimaciones de la ONU. Los opositores aseguran que ya han fallecido 8.500 civiles por la represión gubernamental. El propósito fundamental de Annan, exsecretario de la ONU, fue avanzado ayer por su sucesor al frente de este organismo, Ban Ki-moon, después de reunirse con Annan -antes de que saliera hacia Siria- y con Nabil al Arabi, secretario general de la Liga Árabe, coalición de países que defiende que El Asad abandone el poder en manos de un gobierno de unidad que pilote la transición de Siria hacia la democracia. "Los tres compartimos las mismas preocupaciones y las mismas prioridades", explicó Ban Ki-moon. "La primera de ellas es detener la violencia, por lo que ante todo he pedido enérgicamente a Annan que se asegure de lograr un alto el fuego inmediato". El ghanés Kofi Annan, de 74 años, estará en Siria 24 horas. Un solo día para convencer a Bachar el Asad, que por el momento no ha dado señal alguna de querer pacificar la situación y de dialogar con los rebeldes. Febrero ha sido el mes en que más se ha hostigado el principal foco insurgente, Homs, una ciudad de más de un millón de habitantes situada en el oeste del país, con un barrio, Baba Amro, que a lo largo de la guerra se ha convertido en un fortín rebelde y que el régimen ha bombardeado con intensidad. La Media Luna Roja siria (integrada en la Cruz Roja Internacional) y una enviada de la ONU, Valerie Amos, pudieron entrar esta semana en Baba Amro y comprobar el resultado del asedio del régimen, muy superior militarmente a los rebeldes. El barrio estaba devastado y vacío. Casi todos los vecinos habían huído. La tarea que tiene por delante hoy Annan es compleja: unir a dos partes en guerra abierta, a un presidente que no reconoce legitimidad alguna a los rebeldes, a los que acusa de ser meros terroristas, y a una oposición que tiene como objetivo prioritario tumbar a este presidente, como lograron pueblos como el tunecino, el egipcio y el libio durante la Primavera Árabe, la ola de insurrección anti-totalitaria que atravesó los paíeses árabes durante 2011, y que en Siria se ha atascado en una guerra civil que empeora progresivamente. Ban Ki-moon dijo ayer que la estrategia pactada con Annan consiste en intentar alcanzar primero con El Asad una tregua -en la que se incluya la apertura del régimen a la entrada de ayuda humanitaria- y hacer lo mismo después con representantes de la oposición en el exilio, una vez que el enviado abandone Siria. La ONU quiere poner de acuerdo a las dos partes. Según afirmó Ban Ki-moon, la vía para atemperar el conflicto y encauzarlo hacia la paz es "un diálogo político sin exclusiones". Annan, ayer, también defendió el "acuerdo" como único camino posible, y juzgó que la opción de apoyar militarmente a los rebeldes, o armarlos, "solo empeoraría las cosas". Estados Unidos y la OTAN desestiman cualquier tipo de operación militar internacional porque no tendría garantías de éxito y podría incendiar Oriente Próximo. La idea, sin embargo, no cuadra con los esquemas de la insurgencia. Los líderes opositores reaccionar ayer con rabia ante el planteamiento conciliador del enviado especial, que consideraron casi insultante "en un momento en el que los sirios son masacrados de forma cotidiana”. Ayer, viernes, hubo 35 muertos más, según fuentes de la oposición. La llegada de Kofi Annan a Damasco coincide hoy con la posibilidad de una nueva operación punitiva del Ejército. La Cuarta División Mecanizada, la unidad militar que dirige el hermano del presidente y que protagoniza los asaltos más duros, se ha desplazado al norte, hacia la provincia de Idlib, donde se concentran unidades rebeldes del Ejército de la Siria Libre. La oposición teme que se repita una tragedia como la de Homs.

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