La justicia holandesa absuelve de todos los cargos al líder antimusulmán Geert Wilders

El político xenófobo estaba acusado de incitación al odio y discriminación.- El tribunal considera que la libertad de expresión debe prevalecer porque el procesado hablaba en un contexto de debate social sobre el multiculturalismo


ISABEL FERRER | La Haya 23/06/2011


La justicia ha absuelto de todos los cargos al líder antimusulmán holandés Geert Wilders, acusado de incitación al odio y discriminación por calificar al islam de "ideología peligrosa para los valores occidentales". La sentencia marca un hito en la tierra de la tolerancia. El tribunal ha decidido que Wilders critica el credo musulmán pero no a los musulmanes y que aunque algunas de sus críticas son "brutales y denigrantes", no llegan a entrar en el terreno de la discriminación y el odio. Además, el fallo considera que la libertad de expresión debe prevalecer porque el procesado hablaba en un contexto de debate social sobre el multiculturalismo. Los fiscales habían pedido desde el principio la absolución de Wilders, pero los jueces, a la vista de la denuncia particular interpuesta por grupos antirracistas y de inmigrantes, impulsaron la instrucción. Los demandantes pedían frenar al líder populista porque sus ideas "promueven la segregación de las comunidades residentes en el país".

Wilders representa hoy la tercera fuerza política holandesa. Con sus 24 escaños (en un Parlamento de 150) apoya a la coalición gobernante de centro derecha. Liberales y democristianos le necesitan en el Congreso y el Senado. Y él, desde un pretendido segundo plano, quiere ejercer de árbitro en asuntos tan comprometidos como la integración de los inmigrantes. No está en el poder, pero ha ganado 1,5 millones de votos pidiendo que se reduzca, "en un 50%", la inmigración procedente de países musulmanes. También se opone a la entrada de Turquía en la UE, el burka y los colegios musulmanes.

Durante el proceso, que se ha desarrollado en un complejo de alta seguridad de Ámsterdam, el llamativo político holandés -de cabello oxigenado y numerosos guardaespaldas- ha mantenido silencio. Su abogado, Bram Moszkowicz, por el contrario, desplegó una actividad febril. Logró varios aplazamientos, y hasta tuvo éxito recusando al primer juez encargado del caso. En plenas sesiones, este cenó con uno de los testigos y fue sustituido. De modo que los demandantes han llevado la mayor carga y reclamaban una condena firme, "porque las ideas de Wilders dañan al musulmán medio residente en el país [algo más de un millón de personas]". "Sus discursos discriminatorios son una amenaza. Como cuando alienta la prohibición de construir mezquitas, enseñar el Corán o cerrar la puerta a los musulmanes", dijeron.

Hábil con la palabra, el líder populista se reservó para el último momento una advertencia: "Arriesgo mi vida por la libertad y seguiré haciéndolo", dijo. "Mis palabras no van dirigidas contra los musulmanes, sino contra el islam. A ustedes, los jueces, corresponde decidir si todavía somos libres en Holanda", concluyó. Fue un discurso en toda regla, que los demás partidos han declinado comentar. De momento, su paso por los tribunales no ha mermado la popularidad de Wilders.



© EDICIONES EL PAÍS S.L. - Miguel Yuste 40 - 28037 Madrid [España] - Tel. 91 337 8200

Entradas populares de este blog

ADIOS MADIBA