Merkel dice que abandonar Afganistán sería "catastrófico"
JUAN GÓMEZ - Berlín - 23/04/2010
La canciller de Alemania, Angela Merkel, dijo ayer en el Parlamento que una retirada apresurada de Afganistán tendría consecuencias "más catastróficas" que los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EE UU, y sumiría al país centroasiático "en el caos y la anarquía".
Después de que el pleno del Bundestag (Cámara baja) guardara un minuto de silencio por los siete soldados alemanes muertos en recientes enfrentamientos contra los talibanes, la canciller justificó "más allá de cualquier duda constitucional o jurídica" la presencia de tropas en el norte afgano. No obstante, la canciller dijo "entender bien" que muchos en Alemania hablen ya de una "misión de guerra".
Según la televisión pública ARD, el 70% de los alemanes quiere que los soldados regresen "lo antes posible". Ayer, Merkel pidió a la sociedad que apoye a los militares enviados al extranjero. "Merecen nuestra solidaridad y nuestra simpatía", dijo, y pidió reconocimiento a "su sufrimiento y su sacrificio".
Afganistán, dijo, es fundamental en la lucha contra el terrorismo internacional, del que Alemania no está libre. Una retirada no coordinada con el resto de los socios de la misión supondría un estímulo para los extremistas y desestabilizaría aún más la región.
Luces y sombras
Merkel destacó los logros de la guerra afgana ("las mujeres tienen más derechos, las niñas pueden ir al colegio"), pero reconoció que "no se puede convertir Afganistán en una democracia al estilo occidental". La canciller admitió que hubo algunos errores de estrategia en el último año. "Algunos de nuestros objetivos fueron en parte irreales o en parte incorrectos", dijo.
La canciller tachó de "irresponsables" los llamamientos a una retirada inmediata hechos por el partido La Izquierda. El Partido Socialdemócrata (SPD), por su parte, puso en duda la validez constitucional del mandato en Afganistán.
Alemania, recordó Merkel, tiene compromisos internacionales "en la OTAN y en la Unión Europea". En su cumplimiento, comanda las tropas de la misión de la OTAN (ISAF) en el norte de Afganistán, donde en los últimos años se han recrudecido los combates y los atentados. El contingente alemán en la ISAF es el tercero en número, con 4.335 soldados, por detrás de EE UU y Reino Unido. El Parlamento autorizó en febrero el envío de 850 soldados complementarios.
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