LAS DOS COREAS

Las dos Coreas llegan a un acuerdo tras 43 horas de tensa negociación

Seúl cesará sus emisiones de propaganda por altavoces desde el mediodía del martes Pyongyang “lamenta” que dos soldados del sur quedaran heridos en la frontera


Pekín 24 AGO 2015 - 21:02 CEST           



La presidenta Park este lunes en Seúl
La presidenta Park este lunes en Seúl. / Lee Jong-hoon (AP)

Fumata blanca y acuerdo entre las dos Coreas después de 43 horas de reuniones para rebajar las tensiones de los últimos días. Ambos obtienen lo que querían. Según un comunicado conjunto, Seúl cesará a partir del mediodía del martes las transmisiones de propaganda por altavoces hacia el norte, como le reclamaba Pyongyang, “a condición de que no haya situaciones anormales”. Y el norte “lamenta” que dos soldados surcoreanos quedaran heridos por una mina en la frontera.


Según estipula el acuerdo de seis puntos, Corea del Norte pondrá fin al estado de “semiguerra” que había declarado su líder supremo, Kim Jong-Un, el viernes, en plena escalada de la tensión. Los dos países también han acordado mantener reuniones de seguimiento, en Seúl o en Pyongyang, para mejorar las relaciones bilaterales y desarrollar negociaciones en diferentes áreas. Ambos planean celebrar una reunión de familias separadas por la guerra (1950-1953) en septiembre.
Según el consejero de Seguridad Nacional surcoreano, Kim Kwan-jin, que había encabezado la delegación de su país en las negociaciones y compareció ante los medios en Seúl visiblemente cansado, es “muy significativo” que Corea del Norte se haya disculpado por el incidente de la mina. Era el requisito inamovible que el sur exigía en las conversaciones para suspender la propaganda, como había insistido este lunes la presidenta del país Park Geun-hye.
El representante surcoreano también subrayó que ahora “no es el momento” para hablar de la celebración de una cumbre entre los dos países.

Tensión creciente desde agosto

Las tensiones entre los dos países habían ido en aumento desde el comienzo de agosto, cuando estalló la mina que hirió a los soldados surcoreanos y Seúl acusó a Pyongyang de haberla colocado. Como represalia, activó el día 10 los altavoces propagandísticos, retomando una práctica que ambos países habían abandonado en 2004 en una etapa de distensión en las relaciones.
El jueves pasado, según denunció el Ministerio de Defensa surcoreano, el norte disparó cuatro rondas de artillería contra uno de los altavoces. El sur respondió con 29 rondas. No se produjeron daños materiales ni víctimas en ninguno de los dos lados de la frontera, pero Pyongang envió un ultimátum a Seúl para que pusiera fin a la “guerra psicológica” en un plazo de 48 horas. Al día siguiente, Kim ponía a su país en pie de guerra.

Intercambio de fuego

Mientras se desarrollaban las conversaciones, ambos países habían mantenido su nivel elevado de alerta. Según el Ministerio de Defensa surcoreano, el norte había movilizado a 50 de los cerca de 70 submarinos que se le calculan y había doblado el número de efectivos en la frontera. A su vez, el sur había hecho volver antes de lo previsto a seis cazas que se encontraban de maniobras en Alaska.
El intercambio de fuego de artillería el jueves había elevado la tensión a niveles que no se registraban desde hacía cinco años. Entonces, 46 marinos murieron en marzo en el hundimiento de un buque de guerra surcoreano, del que Seúl culpó a su vecino. En noviembre de 2010, siete meses más tarde, Corea del Norte abría fuego contra una isla surcoreana, en un incidente en el que murieron dos civiles y dos soldados del sur.

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