INCENDIO EN CHINA

Decenas de bomberos siguen desaparecidos tras las explosiones de Tianjin

Las autoridades elevan a 112 el número de muertos en el accidente industrial

Pekín 16 AGO 2015 - 11:48 CEST           
 
     

La mujer de un bombero desaparecido, en una protesta. / AFP / reuters-live!
 
Las explosiones del miércoles en el puerto chino de Tianjin, el décimo del mundo, podrían convertirse en uno de los accidentes industriales más mortíferos de la historia de China. Las autoridades municipales han confirmado hoy la muerte de 112 personas y han revelado que 95 siguen desaparecidas, entre ellas 85 bomberos. Más de 700 residentes siguen ingresados, 58 en estado grave.
Nueve unidades de bomberos -cada unidad está compuesta de 25 personas- respondieron el miércoles a un aviso inicial de incendio en los almacenes de la empresa Ruihai Logistics International, en el parque industrial de Binhai, en las afueras de Tianjin. Unos 40 minutos más tarde se produjeron dos explosiones, con medio minuto de diferencia y una potencia conjunta de aproximadamente 24 toneladas de TNT.
Un equipo militar de 217 expertos en sustancias químicas ha localizado cantidades de cianuro de sodio, una sustancia altamente tóxica, esparcidas entre los restos de la zona de la explosión, según publica el periódico oficial Diario de Ciencia y Tecnología. Otros 1.100 soldados se centran en la búsqueda de supervivientes. El periódico Beijing News ha publicado que el almacén guardaba 700 toneladas de este producto, que se emplea en la extracción de oro, entre otros usos. Las autoridades chinas no han confirmado el volumen que había en los contenedores.

 

Las autoridades tampoco han facilitado una información clara sobre la presencia de sustancias tóxicas en el aire o en el agua y su nivel de peligrosidad. En una rueda de prensa, los responsables del Ayuntamiento han insistido en que las concentraciones de elementos perjudiciales para la salud permanecen dentro de los niveles considerados tolerables para la salud. También aseguran que las cantidades que se hayan podido filtrar de cianuro de sodio son muy pequeñas, y que no hay riesgo de que el agua que se haya podido contaminar llegue al suministro. Pero los equipos presentes en la zona trabajan con máscaras antigás y uniformes protectores. La agencia oficial de noticias Xinhua publicó el sábado que se había declarado una zona de exclusión de 3 kilómetros a la redonda en torno al epicentro de la explosión, una información que desmintió posteriormente.
El régimen comunista chino ha corrido a censurar las informaciones críticas del desastre. Este fin de semana ha anunciado la clausura de 50 páginas web que “suscitaban el pánico al publicar información no verificada o permitir que sus usuarios esparcieran rumores sin ninguna base”. Previamente, la Administración China del Ciberespacio había bloqueado 360 cuentas en las redes sociales por motivos similares. Es una práctica habitual en casos de desastre en China, donde las autoridades temen cualquier incidente que pueda alterar la estabilidad social, su prioridad absoluta.
El sábado, el presidente chino, Xi Jinping, instó a aprender de las “extremadamente profundas lecciones” que deja el accidente. En una instrucción por escrito, Xi admitió que las explosiones de Tianjin y otros incidentes graves previos han puesto de relieve problemas serios en lo que respecta a la seguridad laboral en el país. Las autoridades deben dar prioridad siempre al “crecimiento sensato”, insistió el presidente chino, citado por Xinhua.
El Consejo de Estado, el Ejecutivo chino, convocó una teleconferencia de nivel nacional para lanzar una inspección en todo el territorio del país de las condiciones de seguridad en los sectores del transporte público, puertos y manejo de explosivos y sustancias peligrosas, entre otras áreas.
Hasta el momento las autoridades no han confirmado qué causó los estallidos en Tianjin, a 120 kilómetros de Pekín, aunque la causa más probable, según los expertos, es una reacción del agua que emplearon los bomberos con el carburo de calcio, una de las sustancias que se almacenaba en los contenedores.

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