CHINA

Varias explosiones en Tianjin dejan más de 40 muertos y 500 heridos

El siniestro ocurrió ayer por la tarde en la ciudad industrial de Tianjin, a 150 kilómetros de Pekín, al estallar material inflamable

Pekín 13 AGO 2015 - 08:23 CEST           

VÍDEO: REUTERS LIVE
 
Dos explosiones consecutivas ocurridas este miércoles han dejado al menos 44 muertos y centenares de heridos, en el puerto de Tianjin, la mayor ciudad industrial del norte de China y con una población de diez millones de personas, a unos 150 kilómetros de Pekín. Muchos edificios cercanos a la zona de la explosión han resultado dañados y algunos se han derrumbado, según los medios chinos.
Los residentes de la zona han sido evacuados, de acuerdo con el Diario del Pueblo, el periódico oficial del Partido Comunista. Según este medio las víctimas mortales alcanzan ya, a primera hora del jueves, los 44, mientras que los heridos suman 520, 66 de ellos muy graves. Doce de los fallecidos eran bomberos.
Según la agencia oficial china Xinhua, los bomberos recibieron un aviso de incendio en una zona de contenedores de productos químicos y peligrosos en torno a las 22.50 horas locales (16.50 hora española), en el área industrial de Binhai. Aproximadamente 40 minutos más tarde se produjo la primera explosión, seguida medio minuto más tarde de la segunda, de una intensidad aún mayor.
A los nueve equipos de bomberos enviados inicialmente a la zona se sumaron otros doce y 35 camiones, así como vehículos de Policía. 
Las explosiones alcanzaron tal fuerza, según el periódico Noticias de Pekín, que algunos de los testigos pensaron que se trataba de un terremoto. La primera, apunta la Red Nacional Sismológica en su microblog oficial, equivalió al estallido de tres toneladas de TNT; la segunda, aún mayor, de 21 toneladas. Ambas pudieron sentirse en un radio de varios kilómetros a la redonda. La zona de contenedores donde ocurrió la primera deflagración es propiedad de la empresa Ruihai International Logistics, según el periódico Beijing News.
“Iba en un taxi, el coche tembló. MIré al cielo y estaba completamente rojo”, explicó al diario Noticias de Pekín un testigo que se identificó como Wang y que vio la nube de la explosión a una distancia de 3 kilómetros. “Había tanta luz como si fuera pleno día. A los pocos segundos hubo un segundo estallido, vi una gran nube y unas llamas mayores incluso que antes. Al llegar a mi hotel, había saltado la alarma de incendios, los huéspedes habían sido evacuados”, explicó.
Según la cadena de televisión CCTV, la Policía se está centrando en las operaciones de búsqueda y rescate, más que en sofocar el incendio, para que los productos químicos implicados se consuman por completo.
La explosión llega en un momento poco conveniente para las autoridades chinas, en un país donde los desastres se interpretan aún hoy como un mensaje sobrenatural contra los mandatarios que han perdido el favor de los cielos y la estabilidad es la gran obsesión del Gobierno. El Ejecutivo chino intenta contener la fuerte ralentización de la economía china y la inestabilidad de las Bolsas de las últimas semanas con una serie de medidas, que esta semana han incluido dos devaluaciones consecutivas del renminbi, la divisa nacional. La influyente Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo aludía el pasado julio a la necesidad de asegurarse de que los riesgos que genera la economía más lenta de los últimos 25 años no se transformen en riesgos sociales.

Pobre seguridad industrial

China no es ajena a las catástrofes de origen industrial. El rápido crecimiento económico y el poco énfasis en las medidas de seguridad laboral han llevado a accidentes como el ocurrido en la planta de componentes automovilísticos Kushan Zhongrong Metal Products en la provincia costera de Jiangsu en agosto del año pasado. Al menos 146 personas murieron en una explosión en esa planta, el peor accidente industrial en China en 2014. Meses después, en diciembre, fallecían otros 17 trabajadores en una serie de explosiones en una fábrica de componentes para camiones en Foshan, en el sureste de China.

Los datos oficiales apuntan que los accidentes industriales en China están cayendo a un ritmo del 10% anual, pero las cifras son aún impresionantes. Entre 2010 y 2012 la cifra de muertos en este tipo de sucesos alcanzó una media de 200 por día, o cerca de 70.000 al año. En el primer semestre de 2014 el número era de 30.000. Entre sus principales causas se encuentran las largas horas de trabajo, maquinaria anticuada o fallos en las medidas de seguridad.
China aprobó a comienzos del año pasado una serie de reformas de su normativa de seguridad en el trabajo, que aumentó las sanciones por incumplimiento de las medidas hasta un millón de yuanes (143.000 euros). Entonces, el director de la Administración Estatal para la Seguridad Laboral, Yang Dongjiang, declaró al diario “Global Times” que se establecería una “lista negra” de empresas que incumplieran las reglas.

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