Bruselas deja en suspenso las sanciones a la espera de que se concrete el acuerdo

Los líderes europeos instan a aplicar el contenido del pacto entre el Gobierno y la oposición sin demora

 

El presidente de Ucrania, Viktor Yanukóvich, da la mano al líder de la oposición Vitaly Klitschko (i). / FOTO: REUTERS | VÍDEO: ATLAS
 
El rápido giro de los acontecimientos en Kiev obliga a la UE a repensar su estrategia de castigo al presidente ucranio, Víctor Yanukóvich. El fin de la violencia alcanzado por mediación europea deja en suspenso las sanciones al régimen por sus prácticas represivas, un paso adelante que los Estados miembros habían dado apenas unas horas antes del pacto ucranio. “Tomaremos las decisiones a la luz de lo que [los tres ministros que han actuado de mediadores] nos cuenten”, explicó ayer la alta representante europea para la Política Exterior, Catherine Ashton. En la práctica, la sensación de urgencia que reinaba el jueves, cuando el Consejo Europeo optó por aplicar sanciones, desaparece, según confirman tres fuentes comunitarias.
Oficialmente, los trabajos continúan. Los expertos siguen elaborando la lista de personas —principalmente del régimen— a las que vetar la entrada en Europa y congelar los activos financieros, las dos medidas más importantes que aprobó el jueves la UE para penalizar a la clase dirigente en Ucrania. Pero la velocidad de estos trabajos disminuye y en ningún caso habrá una decisión en los próximos días, aseguran fuentes oficiales. Tampoco se ampliará la lista respecto de lo inicialmente previsto.
El objetivo de los diplomáticos ahora es dejar todo preparado para poder aplicar rápidamente ese castigo si el acuerdo descarrila. De momento, se da una oportunidad al compromiso sellado entre el presidente y la oposición. Pero, a la vista de lo ocurrido anteriormente, la UE no descarta tener que acabar activando esa herramienta diplomática de censura a países —o a colectivos determinados— que violan los derechos humanos.
Con tres de sus ministros negociando de urgencia en Kiev (el francés, el alemán y el polaco), los titulares europeos de Exteriores ya contemplaron el jueves esta posibilidad en el debate sobre sanciones. Por eso incluyeron en el documento final una cautela, relativa a que las medidas restrictivas se aplicarían en función de los acontecimientos. Y estos, de momento, dictan esperar.
“El acuerdo es un importante paso adelante para evitar la violencia y el derramamiento de sangre”, se felicitó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, que instó a “una aplicación sin demoras” de lo pactado. También el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, pidió ese desarrollo de lo plasmado en el papel: “Es responsabilidad de todas las partes ser valientes y convertir las palabras en hechos, por el bien del futuro de Ucrania”.
Esos llamamientos a pasar a la acción distan de ser retóricos. Los diplomáticos europeos saben que Yanukóvich ha prometido otras veces reconducir la situación y, sin embargo, la escalada de la violencia se ha cobrado esta semana el mayor número de vidas desde que arrancó el conflicto. Los expertos dudan, además, del control que ambas partes ejercen ahora sobre la calle, poblada de grupúsculos cuya aceptación de lo acordado por el presidente y la oposición es una incógnita. “El camino hacia la recuperación de la confianza y la estabilidad no será fácil”, advirtió el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz.
Esa mezcla de alegría y prudencia se trasladó también a los Estados miembros. “El presidente de la República [Francesa] insta a aplicar en su integridad y en el menor tiempo posible el acuerdo que acaba de firmarse”, aseguró el Elíseo en un comunicado. El primer ministro británico, David Cameron, quiso extender también a Estados Unidos el compromiso para hacer “todo lo que sea posible para que tenga éxito”. El mandatario polaco, Donald Tusk, consideró lo acordado “un punto de inflexión” en este proceso.
Algunos expertos creen que la dureza expresada por Bruselas, junto al llamamiento del resto de la comunidad internacional y la presión en las calles de Kiev, ha acelerado las cesiones de Yanukóvich. “Las medidas anunciadas por la Unión Europea han sido una buena señal y han ayudado a que muchos diputados cambiaran su postura sobre el Gobierno”, considera Natalia Shapovalova, investigadora del laboratorio de ideas Fride y especialista en política ucrania.
Esta analista aún teme que el presidente ucranio se enroque de nuevo. “A los manifestantes del Euromaidán solo les vale su salida; ninguna otra cosa puede hacerles cambiar de postura”, advierte

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