Morsi llega a un tribunal de El Cairo para enfrentar un segundo juicio

El expresidente está acusado de supuestos delitos de evasión carcelaria, de conspirar con grupos extranjeros y de divulgar secretos de Estado

 

Policías montan guardia fuera del tribunal donde juzgarán a Mohamed Morsi. / MAHMOUD KHALED (AFP)
 
Este martes tiene lugar la primera vista del segundo juicio a Mohamed Morsi, el ex presidente islamista egipcio que fue depuesto por un golpe de Estado en verano. Mientras en el primer proceso, aún en curso, se le acusa de haber incitado a la muerte de manifestantes opositores durante su gobiero, en el de este martes los cargos están relacionados con su presunta colaboración con las milicias de Hamás y Hezbolá. En concreto, la fiscalía sostiene que los líderes de los Hermanos Musulmanes planearon con estos grupos el asalto a la prisión de Wadi Natrún, de la que escaparon durante la revolución que destronó al ex dictador Hosni Mubarak en 2011.
A primera hora de la mañana, Morsi, que está encarcelado cerca de la ciudad de Alejandría, fue trasladado en helicóptero a la Academia de Policía, situada en las afueras de El Cairo y sede también del juicio a Mubarak. Junto a él, están acusadas otras 130 personas, entre ellas líderes islamistas, Saad Katatny, el ex presidente del parlamento disuelto, y Mohamed Beltagy, responsable del Partido de la Libertad y la Justicia, la marca electoral de los Hermanos Musulmanes. Prácticamente toda la cúpula de la Hermandad está entre rejas y encausada en varios procesos judiciales.
Tal como establece la ley, el ex raïs asiste al juicio en la jaula de los acusados, que en esta ocasión ha sido recubierta con un cristal para evitar que boicotee con sus gritos la vista, como hizo en el primer juicio en su contra. A diferencia de aquel proceso, iniciado el mes de noviembre, este es retransmitido en directo por la televisión pública egipcia. Morsi está imputado en otros dos procesos, uno por espionaje y revelar secretos de estado a entidades extranjeras y otro por insultar a la judicatura.
La Fiscalía acusó a mediados de diciembre pasado al antiguo presidente de "financiar el terrorismo entrenando a activistas para cumplir con los objetivos de la Organización Internacional de los Hermanos Musulmanes", así como de planear actos violentos en coordinación con la milicia palestina Hamás y la libanesa de Hezbolá, entre ellos el asalto a la prisión en la que estaba retenido durante la revolución para poder evadirse. En cambio, la versión de los líderes de la Hermandad es que fueron las familias de los presos quienes tomaron la penitenciería aprovechando el caos reinante durante la revuelta.
El juicio tiene lugar un día después de que el Consejo Superior de las Fuerzas Armadas expresara su apoyo a una candidatura presidencial del ministro de Defensa, Abdelfattá al Sisi, el verdadero hombre del nuevo régimen. Durante los últimos días, se han producido una serie de acontecimientos que sugieren esta eventualidad, como su ascenso ayer al rango de mariscal gracias a un decreto presidencial. De hecho, la prensa egipcia asegura que al Sisi anunciará durante las próximas horas su decisión de presentarse a las elecciones presidenciales, previstas para el mes de abril.
Por otro lado, el martes por la mañana, el general Mohamed Said, un alto cargo del ministerio del Interior, fue asesinado mientras salía de su vivienda en el barrio cairota del Haram. Según un comunicado público de Interior, dos hombres le dispararon de cerca y se dieron a la fuga en una motocicleta. El incidente se enmarca en una intensa ola de atentados contra las fuerzas de seguridad egipciad a manos de organizaciones yihadistas desde el golpe de Estado del pasado verano.
Egipto atraviesa una fase de aguda polarización política, salpicada por periódicos estallidos de violencia que se han cobrado la vida de más de 2.000 personas, la mayoría simpatizantes de los Hermanos Musulmanes, muertos en el transcurso de manifestaciones de protesta. La última masacre tuvo lugar el sábado, durante las marchas por el tercer aniversario de la revolución del 2011. Murieron al menos 64 personas y cientos resultaron heridas, según informó del ministerio de Sanidad. Otras fuentes ofrecen una cifra aún más elevada.

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