Trece detenidos tras la quinta noche consecutiva de disturbios en Suecia

Pese a todo, la policía califica la noche de "más tranquila" que las anteriores

Se han producido actos vandálicos en otras ciudades al sur del país

 

Vecinos de Rinkeby observan coches quemados por el fuego en las afueras de Estocolmo, este jueves. / JONATHAN NACKSTRAND (AFP)
La quinta noche consecutiva de disturbios en barriadas de mayoría inmigrante de la periferia de Estocolmo ha dejado al menos 13 detenidos y más de 70 intervenciones policiales. Cada vez más barrios suburbiales se ven afectados por los incendios y destrozos nocturnos, y la noticia de fuegos en distintas ciudades del país aumenta el temor de que la ola de violencia se extienda a escala nacional. En medio del debate político sobre la respuesta que se debe dar a este fenómeno, algunos vecinos de estas zonas empiezan a mostrar su rechazo a los grupos de alborotadores.
En Rinkeby, uno de los suburbios del noroeste de Estocolmo más afectados, un grupo de jóvenes ha vuelto a quemar coches en la madrugada del viernes pero, a diferencia de otros días, el vandalismo ha provocado una reacción. Cientos de residentes locales han salido a la calle para mostrar su indignación. El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, había emplazado a los vecinos de estos barrios a mandar un mensaje de rechazo a quienes participan en los disturbios.
También se han incendiado coches en Norsborg, al sur de la capital y se ha intentado prender fuego a una comisaría en Älvsjö y a dos colegios en Tensta y Kista. Sin embargo, la prevención de los servicios de emergencia y los bomberos ha permitido extinguir rápidamente estos incendios, según fuentes policiales.

"Esto me pone muy furioso. ¿Van a mejorar las cosas si la gente quema colegios?", se pregunta Aleks Salaka, un vecino de Kista cuyos dos hijos asisten al colegio atacado, en declaraciones al diario sueco Expressen. "¿Adónde van a ir mis hijos mañana?".

Los avisos de incendios también se han recibido desde los barrios de Södertalje, donde los causantes de los disturbios han lanzado piedras a los agentes policiales, Sollentuna, y Jordbro. Pese a todo, Towe Hägg, una portavoz de la policía, cree que "ha sido una noche más tranquila". Hägg explica al diario Aftonbladet que "hay muchos voluntarios participando en las patrullas nocturnas y eso puede haber ayudado".
En la misma noche del viernes se han atendido incendios provocados y actos de vandalismo en distintas ciudades del país, como Borås —al oeste, cerca de Gotemburgo— donde se prendió fuego a una escuela, Malmö —al sudoeste, la tercera ciudad del país— donde ardió una tienda de segunda mano o Lund, también al sudoeste. Además, un sabotaje ha obligado a cortar la línea de tren entre las ciudades de Ronneby y Karlskrona, al sudeste de Suecia. Aunque las autoridades insisten en que es pronto para establecer una relación con los disturbios en la periferia de la capital, se ha confirmado que la mayoría de estos sucesos han sido intencionados.
La ola de vandalismo que azota los suburbios de Estocolmo se inició el domingo en Husby, un barrio donde la mayoría de la población es inmigrante o descendiente de inmigrantes y que tiene más desempleo y una tasa de éxito escolar y una renta per cápita mucho más bajas que la media nacional. Grupos de jóvenes empezaron a prender fuego a coches y enfrentarse a pedradas por los agentes, y en los días siguientes los disturbios se extendieron a otros distritos cercanos. Todo indica que la indignación estalló en Husby después de que la policía abatiera a tiros a un hombre de 68 años en el barrio una semana antes.

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