Barroso escenifica su desencuentro con Berlín

“Proliferan iniciativas cuando aún no se aplica lo acordado, y no son creíbles”, afirma el presidente de la Comisión Europea

 

El presidente de la UE, José Manuel Barroso (a la izquierda), y el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, hoy en Bruselas. / JULIEN WARNAND (EFE)
 
Hace unas semanas clamó contra los límites políticos de la austeridad, en un mensaje tan nítido para Berlín que al día siguiente tuvo que matizar, o desmentir, sus propias palabras. Ahora critica la “proliferación” de iniciativas contra el desempleo juvenil como la de París. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, ha lanzado hoy un desafío en toda regla al liderazgo alemán en Europa, en el último capítulo de un desencuentro que es cada vez más evidente, más agrio, más audible: “Seré muy claro, hay una proliferación de nuevas iniciativas cuando aún no se han puesto en marcha las antiguas. Eso nos resta credibilidad. La Comisión impulsó en 2011 una garantía para el empleo juvenil, que fracasó por el rechazo de cuatro países: Reino Unido, Suecia, Dinamarca y Alemania”, ha dicho en el Europarlamento.
Barroso ha recibido recientemente algún que otro rapapolvo desde Berlín: el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, exigió a Bruselas a mediados de mayo una gestión “más eficiente”. “La casa europea no puede construirse si se hace esperar años a toda una generación”, criticó, a pesar de que la política económica anticrisis en Bruselas se ha caracterizado en los últimos tiempos por llevar el sello de Berlín. El presidente de la Comisión pasa ahora al contraataque.
El idilio entre Barroso y Merkel, si existió, no atraviesa por sus mejores momentos: el presidente aprovechó su comparecencia en Estrasburgo para recordar que los líderes de la UE ya han acordado medidas para luchar contra el paro juvenil, que tienen previsto movilizar 6.000 millones de euros. Barroso ha cargado contra los anuncios publicitarios en París y Berlín, cuando las capitales “aún no han puesto en marcha” lo acordado en el Consejo Europeo. En una comparecencia inusualmente dura, ha alertado de la pérdida de apoyo en la opinión pública que puede sufrir el proyecto europeo si las medidas acordadas no se plasman en la realidad. “Está en juego la credibilidad de la Unión Europea; a menudo tomamos decisiones y si se tarda mucho en ponerlas en marcha la gente puede perder la confianza en nosotros”. Barroso, eso sí, ha destacado las experiencias de Alemania en las políticas activas de empleo, y ha celebrado la firma de acuerdos de colaboración intergubernamental “con los países más necesitados”, como España.
En los cenáculos europeos no pueden evitar referirse a ese nuevo acento social de la política alemana, muy centrada en la lucha contra el paro juvenil, como una concesión en tiempos de precampaña electoral: las legislativas alemanas llegarán en septiembre y la canciller Angela Merkel lidera todas las encuestas en Alemania, y todos los rankings de impopularidad en el resto de Europa. “Hace seis meses lo que pensaba Berlín es que la actual estrategia anticrisis traería resultados más pronto. Ahora no pueden moverse demasiado por la cercanía de las elecciones, pero lógicamente preocupan las críticas y de ahí que haya movimientos como las medidas contra el desempleo juvenil”, explica Guntram Wolf, del laboratorio de ideas Bruegel.
Tanto Barroso como el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, han aplaudido hoy el acuerdo entre París y Berlín para ayudar a los jóvenes. Pero en el caso de Barroso ese aplauso llevaba una dedicatoria especial: “Eso no puede hacerse en detrimento del compromiso europeo”, más aún en el caso de capitales que hace solo unos meses no eran partidarias ese tipo de planes.

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