Un estallido de violencia deja al menos 40 muertos en Tayikistán

Los enfrentamientos entre fuerzas del orden y bandas armadas esta semana en la remota región del Pamir se desencadenaron por el asesinato del general tayiko Abdullo Nazárov Pilar Bonet Moscú 26 JUL 2012 - 10:06 CET Los enfrentamientos entre fuerzas del orden y bandas armadas esta semana en la remota región del Pamir, en Tayikistán, han dejado decenas de víctimas y ponen de manifiesto la precaria estabilidad en estas regiones fronterizas de Afganistán, Kirguizistán y China. Desencadenó la oleada de violencia el asesinato del general tajiko Abdullo Nazárov, que dirigía el comité de Seguridad del Estado en la región autónoma de Gorno-Badajshan, que es cómo se denomina administrativamente la zona del Pamir, muy pobre y muy mal comunicada con el resto del Estado de Tayikistán. Las fuerzas del orden tajikas reaccionaron al asesinato del alto funcionario con una ofensiva contra los supuestos autores en la ciudad de Jorog (el centro adminitrativo de Gorno-Badajshán). En los combates se utilizaron helicópteros y, según fuentes de la zona citadas por la prensa rusa, víctimas de la operación fueron también numerosos civiles casuales. Oficialmente, murieron 12 miembros de las fuerzas del orden y 30 miembros de las bandas armadas. Además 23 soldados fueron heridos. Las autoridades han negado que hubiera habido civiles entre las víctimas. La región de Gorno-Badajshan, donde residen algo más de 200.000 personas, está poblada sobre todo por islamaelitas, una comunidad de origen chiita cuya máxima autoridad es el Aga-Kan, que contribuye al desarrollo de la zona con numerosos proyectos económicos, sociales y culturales, entre ellos proyectos transfronterizos con Afganistán. Dada la pobreza y las faltas de oportunidades de trabajo, un gran porcentaje de la población de Gorno-Badajshan emigra a Rusia, donde se calcula que viven cerca de 30.000 habitantes de la región. Los enfrentamientos entre fuerzas del orden y bandas armadas se han dado antes en Tayikistán, el país más pobre de la ex URSS que vivió una guerra civil entre 1992 y 1997. Aquella contienda se cerró con un acuerdo que integró a la guerrilla armada y a sus comandantes en las estructuras del Ejército y la Seguridad de Tayikistán. Sin embargo, con el tiempo y el aposentamiento en el poder del presidente Rajmónov, la oposición fue relegada y purgada dentro de estas estructuras y el resultado es que algunos de los “comandantes” guerrilleros del pasado siguen activos al frente de una guerrilla clandestina y subsisten como pueden. En 2010, ya se produjo un enfrentamiento armado entre fuerzas gubernamentales y guerrilleros de oposición en el valle de Rasht. Las comunicaciones telefónicas con Gorno-Badajshan no funcionaban el miércoles y el Aga-Kan había conversado telefónicamente con el presidente de Tayikistán, Emomali Rajmón. Aunque el Aga-Kan trate de mantener un perfil no político en sus actividades en la zona, los incidentes, si se confirma sobre todo la existencia de muertes entre civiles, avivarán las tensiones que ya existen entre el Pamir y Dushambé, la capital de Tayikistán. Los habitantes del Pamir hablan lenguas y dialectos del persa que se diferencian del idioma tayiko y se perciben como una comunidad diferente al resto del Estado. Tras la guerra civil, en la que el Pamir estuvo practicamente aislado del resto del Tayikistán, el Gobierno central ha incrementado su presencia en la zona, donde el contrabando ha florecido debido a la poca vigilancia de la frontera con Afganistán. En total, Tayikistán tiene 1206 kilómetros de fronteras con ese país.

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