Los países del euro avanzarán por su cuenta y sin Reino Unido

La reforma del Tratado solo afectará a 23 países La oposición británica a regular su industria financiera impide un acuerdo a 27 La cumbre se cierra sin avances sobre el Mecanismo de Estabilidad La división de la UE amenaza al euro Miguel Mora Bruselas 9 DIC 2011 - 06:42 CET
El presidente del Consero Europeo, Hernan van Rompuy, y el de la Comisión Jose Manuel Durao Barroso. / ERIC FEFERBERG (AFP) Después de diez horas de negociaciones, la cumbre decisiva para salvar el euro se ha cerrado a las cinco de la mañana con un acuerdo de mínimos que sabe a derrota y no parece zanjar de forma definitiva las grietas europeas. La cara de Nicolas Sarkozy, pálido y visiblemente enfadado, lo decía casi todo. Reino Unido se ha negado a sumarse a la reforma de los tratados para evitar regular sus servicios financieros y el plan franco-alemán de unión fiscal ha quedado reducido, en principio, a 23 miembros de los 27. Hungría se ha opuesto a participar, y Suecia y República Checa han pedido consultar la decisión con sus respectivos Parlamentos. Sobre los mecanismos de estabilidad financiera y el Banco Central Europeo, no ha habido avances. La cumbre ha decidido reforzar con 200.000 millones el Fondo Monetario Internacional, pero Berlín no ha aceptado que el Mecanismo de Estabilidad se convierta en banco y tampoco que amplíe su capacidad de intervenir. Sarkozy ha comparecido en conferencia de prensa a las cinco de la mañana, mientras la canciller Angela Merkel abandonaba la sede del Consejo europeo sin hacer declaraciones. Ha sido una noche larguísima, pero los políticos europeos parecen haberla acabado con la misma división, o incluso más, que otras veces. “No ha sido posible acordar una reforma de los tratados a 27 porque los amigos británicos no han querido”, resumía Sarkozy con una gota de sarcasmo, antes de anunciar que la cumbre ha aprobado “en su totalidad” los puntos de la carta que el miércoles enviaron Merkel y él mismo al presidente del Consejo, Herman Van Rompuy. El líder británico, por su parte, ha asegurado en su rueda de prensa que las condiciones del acuerdo son "inaceptables" para Londres y ha agregado que está "contento de no estar en el euro", una moneda común a la que su país no se va a unir "nunca". Hungría se opuso a participar. Suecia y República Checa pidieron consultar con el Parlamento El presidente francés ha respondido airado a la duda de si un acuerdo intergubernamental a 23 no sanciona para siempre una Europa a dos velocidades. “Solo hemos intentado salvar nuestra moneda y nos acusan de ir a dos velocidades. Adoptar el euro es un deber, no un derecho. ¿Tenemos encima que disculparnos? David Cameron ha pedido una cosa inaceptable, un protocolo que le exonerara de regular sus servicios financieros”, ha continuado Sarkozy. “Nosotros creemos que es indispensable, necesitamos la regulación financiera”, ha aclarado. Según fuentes comunitarias, el primer ministro británico presentó a sus socios un anexo con ocho condiciones para dar su aprobación a un acuerdo a 27, y al no conseguirlas prefirió seguir como ahora, privilegiando el negocio de la City londinense y evitándose un posible referéndum de los euroescépticos en casa. “La ventaja es que la reforma será mas ligera y más rápida”, ha afirmado Sarkozy. Con la idea de presentar a la opinión pública y a los mercados un acuerdo antes de la apertura de las bolsas, los 27 buscaron durante horas la difícil fórmula jurídica que permita poner en marcha una mayor unión fiscal entre Gobiernos sin prescindir de la cobertura y las garantías comunitarias: si solo avanzan 23 socios de 27, el papel ejecutivo de la Comisión en las sanciones automáticas y el del Tribunal de Justicia en los castigos quedan en entredicho. “Buscaremos esa fórmula”, ha afirmado el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso. La canciller alemana ha calificado por su parte el nuevo pacto fiscal de "muy buen resultado". El acuerdo permitirá a los 17 estados de la zona euro "recuperar la credibilidad" perdida en los mercados, según Angela Merkel. También se ha pronunciado al respecto en tono optimista el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, que cree que lo alcanzado "se acerca bastante a un buen pacto fiscal", sienta una base para aumentar la disciplina en la euroárea y va a "ayudar en la situación actual" de crisis.

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