La lucha de Saleh contra opositores e islamistas hunden Yemen en el caos

Las fuerzas del presidente se enfrentan a milicianos de Al Qaeda en Zinjibar mientras reprimen con brutalidad a los manifestantes en Taiz.- Un portavoz oficial anuncia el fin del alto el fuego con el líder tribal Al Ahmar en Saná


AGENCIAS | Saná 31/05/2011


Yemen está cada vez más inmerso en una espiral de caos y violencia, con varios frentes abiertos para el presidente, Ali Abdalá Saleh, que se aferra al poder pese a sus propias promesas de transferirlo. En la capital, Saná, nuevos enfrentamientos han quebrado la frágil tregua que había puesto fin la noche del jueves a varios días de combates entre las fuerzas de Saleh y los seguidores del líder tribal Sadeq al Ahmar, que se ha unido a los opositores que piden la dimisión del presidente. En la ciudad de Taiz (sureste), las tropas han vuelto a abrir fuego contra los manifestantes prodemocráticos. Hoy se ha conocido que durante la represión de la madrugada del lunes en esta localidad, los hombres de Saleh no sólo dispararon, sino que quemaron tiendas de campaña y causaron la muerte de más de 50 personas, frente a las 15 de las que se hablaba inicialmente. Y en la ciudad costera de Zinjibar, las tropas gubernamentales tratan de expulsar a los milicianos de Al Qaeda que tomaron la localidad el fin de semana.

Durante la noche, se han escuchado explosiones y disparos en Hasaba, el distrito de Saná donde se desarrollaron los combates de la semana pasada entre leales al presidente y seguidores del jeque Al Ahmar. "El acuerdo de alto el fuego ha acabado", ha declarado esta madrugada un portavoz del Gobierno yemení ha declarado a la agencia Reuters que el acuerdo de alto fuego "ha acabado". Ambos bandos se culpan de ser los responsables de haber quebrantado el acuerdo y de llevar al país al borde de una guerra civil. La pasada semana, más de 115 personas murieron en los combates, en los que se emplearon ametralladoras, fuego de mortero y lanzagranadas.

"Los combates de la pasada noche han sido los peores hasta ahora, mis hijos y yo no pudimos dormir en toda la noche por los fuertes disparos", ha contado un vecino del barrio, Mohammed al-Quriti, a Reuters. La televisión estatal ha informado de que se habían producido nuevos choques y ha acusado a los milicianos tribales de atacar a las fuerzas gubernamentales, aunque la información no se ha podido confirmar de forma independientemente.

Mientras, organizaciones humanitarias y fuentes hospitalarias aportan nuevos y escalofriantes datos sobre la represión gubernamental contra los manifestantes que piden apertura democrática y la dimisión de Saleh en la ciudad de Taiz, donde esta mañana las tropas han matado a tres personas, según fuentes médicas, al volver a disparar contra los opositores. Las primeras informaciones sobre lo acaecido el lunes hablaban de unos 15 muertos. Pero esta madrugada, se han conocido detalles sobre la brutalidad de las fuerzas de Saleh, que según el Yemen Post, ha causado más de 50 manifestantes muertos, algunos quemados vivos y otros aplastados por excavadoras.

"Más de 52 personas han muerto, entre ellas 15 que han sido quemadas vivas mientras estaban durmiendo en sus tiendas de campaña", ha dicho Bushra Maktati, activista de derechos humanos. Al parecer, las fuerzas yemeníes trataron de dispersar a los acampados en la céntrica plaza de la Libertad, pero al no conseguirlo incendiaron sus tiendas, dispararon munición real y lanzaron gases lacrimógenos. Algunos murieron aplastados por los bulldozers que se usaron para dispersar las protestas, según informaron fuentes hospitalarias a la agencia Reuters. Previamente, habían rodeado el lugar, provocando la reacción de los jóvenes, que lanzaron piedras a los agentes. Había francotiradores apostados en los edificios que dan a la plaza y las fuerzas gubernamentales asediaron el hospital de campaña creado por los manifestantes, según el Yemen Post.

Además, algunos testigos han indicado que las tropas leales al dictador lanzaron granadas contra los manifestantes, causando la muerte de siete de ellos, mientras que carros de combate se adentraron en la plaza destruyendo sus pertenencias. Según Maktati, tras esta actuación las miles de personas que permanecían acampadas en la plaza huyeron, mientras que la propia rotonda, símbolo de las revueltas democráticas en Taiz, ha quedado reducida a escombros.

Por su parte, Abdu Ganadi, un portavoz gubernamental, ha rechazado esta versión, indicando que los jóvenes golpearon a los agentes e incluso secuestraron a algunos. "Nosotros no atacamos a los manifestantes. Solo han muerto dos. Todas las informaciones son exageradas", ha dicho.

Combates contra los islamistas

Después de cinco meses de protestas, más de 300 manifestantes muertos y tres promesas de transferir el poder tres veces incumplidas, Saleh asiste a los nuevos pasos de su país hacia el caos. Al frente político se le une el militar, con la toma de la ciudad costera de Zinjibar, cerca del estratégico puerto de Adén, por islamistas y milicianos de Al Qaeda. Ayer murieron 21 soldados en combates, según la agencia Saba, seis de ellos en una emboscada a la entrada de la ciudad. Otros dos murieron por enfrentamientos en un puesto militar de la ciudad que estaba rodeado por insurgentes desde el pasado viernes.

Los opositores a Saleh denuncian que la toma de Zinjibar obedece a una maniobra calculada del presidente para enviar el mensaje de que sin su presencia al frente del país, los islamistas sembrarán el caos. No obstante, según The New York Times, no existen pruebas de que Saleh haya dejado caer la ciudad, situada en una región con fuerte presencia del Al Qaeda, en manos de los islamistas.

Varios residentes de esta ciudad, de unos 20.000 habitantes, indicaron por teléfono que el agua y la electricidad estaban cortados y que muchos vecinos estaban huyendo de la localidad, que ayer fue bombardeada por la aviación yemení. Según testigos citados por Efe, las calles se han convertido en escenario de una lucha violenta entre las tropas y los insurgentes.

Vecinos de Zinjibar afirmaron que hombres armados de distintas tribus de la provincia, Abyan, luchan junto con las unidades del Ejército contra los radicales islámicos.



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