Solana: "No se puede expulsar a europeos de un país de la UE"

El ex Alto Representante afirma que la deportación de gitanos es ilegal
J. M. MUÑOZ - Madrid - 25/09/2010

Alejado desde hace casi un año de la febril actividad política que ha desplegado durante dos décadas como ministro de Asuntos Exteriores español, secretario general de la OTAN y Alto Representante de la Política Exterior Europea, Javier Solana comienza a despojarse lentamente de la prudencia extrema que acostumbran a mostrar los responsables diplomáticos.

Alejado desde hace casi un año de la febril actividad política que ha desplegado durante dos décadas como ministro de Asuntos Exteriores español, secretario general de la OTAN y Alto Representante de la Política Exterior Europea, Javier Solana comienza a despojarse lentamente de la prudencia extrema que acostumbran a mostrar los responsables diplomáticos. Durante la presentación ayer del libro Reivindicación de la política (Editorial Debate) -una extensa conversación con el director de opinión de EL PAÍS, Lluís Bassets-, Solana abordó el asunto candente de la reciente expulsión de los gitanos de suelo francés. "A los ciudadanos europeos no se les puede expulsar de un país europeo", criticó Solana. "Las normas europeas", añadió tajante, "están para ser cumplidas... Las normas dicen que los ciudadanos europeos tienen libertad de movimientos. Todo el que quiera hacer eso [deportaciones] está haciendo algo que va en contra de la ley".

A juicio del político español, el debate que se generó en Bruselas tras la deportación a su país de cientos de gitanos rumanos fue una discusión mal planteada. "Que quede claro el orden. La primera fase es cumplir la ley, y la segunda ver si hay que criticar a alguna persona que pueda haber hecho algún comentario", afirmó en alusión a la comisaria de Justicia, Viviane Reding, y a su comparación de la medida ordenada por el presidente Nicolas Sarkozy con las deportaciones ejecutadas por el régimen nazi durante la II Guerra Mundial. Solana admitió que Reding, a la que definió como una mujer "intrépida", "quizá fue demasiado lejos".

Muy cauto se mostró respecto a la posición de respaldo a Sarkozy adoptada por el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero: "Mucho más importante es la posición del Gobierno español en la práctica que cualquier declaración que se hiciera". "España", subrayó, "ha tratado este tema infinitamente mejor que la media de los países europeos".

Aunque conoce al dedillo los entresijos de la Unión Europea y la OTAN -"He estado en todos los fregados", aseguró Solana-, Reivindicación de la política no es un libro para expertos. Se leen con agilidad los avatares de Solana durante los acontecimientos que han marcado la vida internacional en los últimos 20 años: la guerra de Yugoslavia, los bombardeos de Belgrado, la guerra de Kosovo -"Fue mi momento más duro", destaca-, las negociaciones con Irán sobre sus planes nucleares, el proceso de paz en Oriente Próximo -"Lo viví con enorme pasión, es lo que más me duele"-, la desastrosa guerra de Irak, los atentados del 11 de septiembre de 2001, la guerra de Afganistán -"no tiene una solución militar", comenta Solana-, las relaciones con Rusia, el acelerado florecimiento de los países emergentes, las trabajosas reformas en la Unión Europea y la incertidumbre que planea sobre el porvenir del proyecto europeo.

"En 1976 muere Mao y China cambia. En poco tiempo este país ha sacado de la pobreza extrema a una [parte de la] población como la de Estados Unidos... La transformación ha sido radical desde 1989 [caída del régimen soviético]. La transferencia de poder hacia el Pacífico es fantástica. ¿Cómo nos vamos a adaptar en el Atlántico?", se preguntó Solana.


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