Merkel y los socialdemócratas liman las últimas diferencias para la Gran Coalición

 

El SPD alemán cede en varios frentes económicos para formar gobierno con la CDU de la canciller, como su propuesta de limitar el salario de los ejecutivos

 

Angela Merkel llega a la sede del SPD, este martes en Berlín. / JOHN MACDOUGALL (AFP)
 
La canciller Angela Merkel y el líder de los socialdemócratas alemanes (SPD), Sigmar Gabriel, quieren superar hasta la madrugada del miércoles las últimas diferencias entre el bloque democristiano (CDU/CSU) y el SPD para formar un nuevo Ejecutivo. Esta misma noche podría quedar listo el contrato para la nueva Gran Coalición que gobernaría Alemania tras las generales del pasado 22 de septiembre. Según se ha ido filtrando durante la tarde del martes, el SPD ha cedido en varios aspectos de política económica y fiscal. Además de renunciar a su propuesta de limitar los sueldos de los altos ejecutivos en las empresas alemanas, los socialdemócratas aceptaron la introducción de un peaje para turismos en las autopistas alemanas. Sólo afectará a automóviles matriculados fuera de Alemania. Esta noche se esperan acuerdos definitivos sobre la cuantía del ya decidido salario mínimo interprofesional, sobre la posibilidad de legalizar la doble nacionalidad en Alemania y respecto a la equiparación legal entre las uniones civiles homosexuales y el matrimonio tradicional, cuya aprobación podría ser una de las sorpresas del contrato. En palabras de la secretaria general del SPD, Andrea Nahles, “va a ser una noche larga”.
El diario Frankfurter Allgemeine Zeitung publica este martes que el SPD retiró su petición de limitar el pago de los ejecutivos en las empresas, que sí aparece en uno de los borradores del contrato. En cuanto al peaje para autos extranjeros en las autopistas, tanto los socialdemócratas como la propia canciller lo rechazaron durante toda la campaña electoral. Pero se aplicará, según diversos medios, a partir de 2014. Se desconoce aún cómo pretenden grabar a los coches extranjeros sin vulnerar las normativas comunitarias que prohíben la discriminación entre ciudadanos de la Unión Europea. La conservadora Unión Social Cristiana (CSU), partido hermano de la CDU de Merkel en Baviera, insistió antes y después de las elecciones de septiembre en que no firmarían un contrato que no contemple un peaje a los autos matriculados fuera de Alemania.
Los socialdemócratas, por su parte, impusieron como condición innegociable la introducción del salario mínimo interprofesional de 8,5 euros por hora trabajada. La medida rompe con la tradición de dejar negociar los salarios mínimos a los sindicatos y la patronal, por regiones y por sector económico. Durante décadas fue un anatema para democristianos y liberales alemanes. El SPD rechaza ahora excepciones a la nueva norma en ciernes, que podría entrar en vigor en 2015 e ir implementándose durante dos años hasta llegar a ser universal a partir de 2017. Tanto Nahles como la vicepresidenta del SPD, Manuela Schwesig, negaron la posibilidad de permitir salvedades regionales en el salario mínimo.
Esta insistencia del SPD puede ser vital para la formación del tercer Gobierno de Angela Merkel, porque los socialdemócratas prometieron consultar a unas bases muy reacias antes de firmar el contrato. Los dirigentes del SPD presentarán el salario mínimo como una conquista social que contribuirá, sin duda, a que muchos socialdemócratas acepten el acuerdo. La votación será por correo y comenzará una vez que los líderes democristianos y socialdemócratas hayan dado por bueno el texto. La pregunta será sencilla: "¿Debe el SPD firmar el contrato de coalición alcanzado en noviembre con la CDU y la CSU?". Los 473.000 militantes del centenario partido alemán tendrán hasta el 12 de diciembre para responder. El recuento será el 14 de diciembre en Berlín. Si el partido da el sí, los 193 parlamentarios del SPD votarán por Merkel junto a los 311 del grupo democristiano (CDU/CSU), en un pleno parlamentario previsto para el 17 de diciembre.

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