AVANCE DE ISIS

El Estado Islámico se apodera de Palmira y sus tesoros históricos

La conquista yihadista amenaza restos arqueológicos declarados Patrimonio de la Humanidad

 

Columna de humo en Palmira, en los combates entre las tropas sirias y el EI. / ATLAS / EFE
 
Después de más de una semana de asaltos, las milicias del Estado Islámico (EI) se han apoderado en la madrugada del jueves de la histórica ciudad de Palmira, eje estratégico de comunicaciones en el desierto de Siria y célebre por sus valiosos restos arqueológicos dos veces milenarios. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una ONG con sede en Londres, confirmó que los yihadistas controlaban la ciudad y el propio EI proclamó también a través de Twitter que su bandera negra ondeaba en Palmira tras la conquista. Cuando está a punto de cumplirse un año de la gran ofensiva yihadista en Siria e Irak, el Califato logra su expansión hasta este simbólico oasis del centro de Siria y la ciudad iraquí de Ramadi, que abre la vía hacia Bagdad.

 

Palmira (Tadmur, en árabe), la perla del desierto, fue en los siglos I y II d. C. uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el árido centro de Siria. Situada a 240 kilómetros al noreste de Damasco, es también un enclave que abre la vía hacia el valle del río Éufrates, donde el Califato asienta aguas arriba su principal centro de poder, en la ciudad de Raqqa. Antes del inicio de la contienda en el país, en marzo de 2011, sus ruinas eran una de las principales atracciones turísticas del país árabe y de toda la región.
La directora general de la Unesco, Irina Bokova, ha pedido “un alto el fuego inmediato”. “Estoy muy preocupada por la situación de Palmira, declarada Patrimonio de la Humanidad. Los combates amenazan uno de los lugares más significativos de Oriente Próximo”, ha indicado Bokova en un comunicado.
La televisión oficial siria informó la noche del miércoles de que el Ejército de Bachar el Asad se había retirado de Palmira después de haber evacuado a la mayoría de sus 50.000 habitantes. El Estado Islámico controla la prisión de la ciudad, tristemente conocida como foco de represión del régimen de Bachar el Assad, el cuartel de los servicios de inteligencia militar y el aeropuerto
El director de Antigüedades y Museos de Siria, Maamun Abdelkarim, dijo que la entrada de los yihadistas en la parte monumental de la histórica ciudad era “un desastre para todo el mundo, no solo para los sirios”. El responsable sirio de patrimonio histórico aseguró que antes de la irrupción del EI las autoridades consiguieron trasladar a lugares seguros estatuas y objetos artísticos. La amenaza que representa el fanatismo del Estado Islámico para el patrimonio histórico ya quedó patente con la destrucción de los restos arqueológicos de Nimrod, de Hatra y de la bíblica Nínive, en Irak.
Los yihadistas ya irrumpieron en el norte de la ciudad el pasado sábado, pero fueron expulsados por las Fuerzas Armadas sirias al día siguiente. En los combates se han registrado más de 430 muertes, de las que 71 eran víctimas civiles, algunas de ellas decapitadas o fusiladas por los milicianos fundamentalistas.
En la ofensiva de Homs, la provincia donde se ubica Palmira, el EI se ha hecho con el dominio de amplias zonas en Al Sujna y Al Ameriya, así como de los campos de gas de Al Arak y Al Hil.

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