Aumento de la seguridad en los colegios del país tras la matanza de Newport

Los directores de los centros garantizan a los padres la protección de los niños pero son conscientes de que las tragedias suceden

 

La policía vigila un colegio en San Antonio (Tejas), después de una llamada de teléfono amenazadora para la seguridad. / Eric Gay (AP)
 
Numerosos colegios del Distrito de Columbia aumentaron notablemente su seguridad el primer día de la vuelta a clase tras la tragedia del pasado viernes en Connecticut. Prácticamente todos los directores de centros educativos enviaron un correo electrónico a los padres de sus alumnos tranquilizándoles sobre la seguridad en el colegio de sus hijos y explicando el método de acceso a los centros.
Durante el pasado verano, los directores de los colegios del Distrito de Columbia recibieron un curso intensivo sobre cómo contactar con la policía en caso de que sucediese algo semejante a lo ocurrido en Newport y cómo proteger a los niños.
“Nuestros colegios conocen los protocolos sobre cómo deberían de reaccionar en caso de que un tirador entre en el edificio”, ha asegurado Kaya Henderson, al frente de las descuelas del Distrito. “”Tenemos planes de emergencia y políticas para poner en práctica”, asegura. “Pero no nos engañemos”, advierte, “tenemos que ser conscientes de que por mucha seguridad que haya estas cosas pasan”.
Cierto. De hecho, Dawn Hochsprung, directora de Sandy Hook, presentó con orgullo el moderno sistema de seguridad que había logrado para el colegio a principios de otoño. Pero ningún sistema de seguridad puede con el ataque inesperado de un hombre armado con dos pistolas y un rifle de asalto.
“Para ser honestos, no existe un sistema que garantice la seguridad de los estudiantes y la plantilla al 100% frente a cualquier situación”, asegura un comunicado de los colegios públicos del condado de Arundel, a las afueras de Washington. “Por supuesto, seguimos poniendo en práctica las medidas de prudencia necesarias para proteger a nuestros alumnos y a nuestros empleados”, finaliza.
A lo largo de todo el país, los colegios incrementaron ayer su seguridad. En Tucson (Arizona), donde un asesinato múltiple con armas de fuego acabó en enero de 2011 con la vida de seis personas e hirió de gravedad a la congresista demócrata Gabrielle Giffords y otros 12, los colegios abrieron ayer las puertas con patrullas de policía a la entrada y mayos atención a los detalles extraños, según ha informado Cara Rene, portavoz de la Asociación de Escuelas de Tucson.
Además de su seguridad física, los responsables de los centros educativos están también preocupados por los efectos psicológicos que el tiroteo de Connecticut pueda tener en los alumnos. A las afueras de Washington, los colegios del condado de Montgomery tendrán desde hoy terapeutas disponibles en cada escuela para atender a los más de 149.000 escolares que existen en el área.

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