Miles de personas apoyan la “resistencia pacífica” de Fernando Lugo

Los partidarios del presidente destituido inician concentraciones y cortes de carretera La OEA enviará una misión especial al país y a otros de la región Francisco Peregil Buenos Aires 27 JUN 2012 - 02:13 CET264 Manifestantes protestan frente a la sede de la televisión estatal paraguaya en Asunción. / NORBERTO DUARTE (AFP)
Aumenta la tensión en Paraguay. Tras la destitución del expresidente Fernando Lugo por el Senado el pasado viernes, el temido baño de sangre que muchos presentían en Asunción no se produjo. Los escasos 5.000 manifestantes que se habían congregado bajo la vigilancia de francotiradores en la plaza del Congreso volvieron a sus casas. Pero sus seguidores han regresado a las calles y se han organizado bajo un Frente Nacional para la Defensa de la Democracia. El exobispo Fernando Lugo convocó a diez de su exministros para activar una especie de Gobierno paralelo y al día siguiente anunció que recorrerá el país para explicar cómo fue destituido. Mientras tanto, en Washington se ha reunido de forma extraordinaria y durante cuatro horas el consejo permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para estudiar la posible adopción de medidas. Finalmente, el secretario general del organismo, José Miguel Insulza, ha anunciado que enviará una misión especial a Paraguay y otros países de la región para evaluar la crisis política e informar después al Consejo Permanente del organismo para que tome medidas. El envío de la misión fue propuesto por el representante de Honduras y presidente el Consejo Permanente, Leónidas Rosa Bautista, y logró el respaldo de 25 delegaciones, entre ellas las de EE UU, Colombia, México y Chile, pero no consiguió el apoyo de Nicaragua, Bolivia, Ecuador y Venezuela, que pedían la convocatoria inmediata de una Asamblea General extraordinaria. "Me voy a preparar para informar a este Consejo Permanente sobre la situación en Paraguay, y voy a ir también a otros países", dijo Insulza pero no precisó si viajará personalmente o enviará a "una delegación", en una visita que se producirá "probablemente este fin de semana". El secretario general expresó su voluntad de reunirse con el presidente destituido, Fernando Lugo, y con parlamentarios del país, para "tratar de tener una evaluación de lo que pasó". Insulza recordó que la convocatoria de una Asamblea General, que podría decidir incluso la suspensión de Paraguay de la OEA como ocurrió con Honduras en 2009 tras el golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya, no puede hacerse sin una misión previa al país y un informe al Consejo Permanente. Durante la reunión, el representante permanente de Paraguay ante la OEA, Bernardino Hugo Saguier, defendió a Federico Franco como "legítimo presidente" del país y pidió a los Estados miembros del organismo que eviten la "injerencia" en los asuntos internos de esa nación. Por su parte, el representante de Venezuela ante la OEA, Roy Chaderton, preguntó durante su intervención a la secretaría general del organismo si la presencia en la sesión de Saguier "constituye un reconocimiento implícito de la legalidad y legitimidad de la representación" del Gobierno de Franco. "En ese caso, estaríamos ante un grave hecho cuya naturaleza afectaría las bases mismas éticas normativas, políticas y jurídicas de la OEA", indicó. El fantasma de una guerra civil La resistencia de los partidarios de Lugo comenzó el mismo viernes frente a la sede de la Televisión Pública, en la calle Alberdi, después de que un representante del nuevo Gobierno se presentara allí para cortar la emisión. Los responsables del canal se negaron y el nuevo Gobierno cortó el suministro eléctrico. Al rato, los trabajadores de la emisora conseguían restablecer la corriente. Cientos de seguidores de Lugo fueron llegando frente a la sede del canal para expresar su apoyo y con un micrófono se les iba dando la oportunidad de dirigirse a todo el país. Ahora, cada mañana queda un pequeño núcleo en guardia y por la noche se vuelven a congregar cada vez más gente. El lunes alcanzaron la cifra de cinco mil. El nuevo Gobierno pretende manejar la situación con más tacto del que demostró el viernes para evitar mayores altercados. A las organizaciones estudiantiles que iniciaron la protesta se les han unido campesinos procedentes de otras regiones. Cada noche toman la palabra exministros, profesores, campesinos, niños o amas de casas. Mientras las principales empresas de comunicación se han mostrado a favor del juicio político que destituyó a Lugo en 24 horas, el canal público se ha convertido en el único medio masivo en el que pueden expresarse los partidarios de Lugo. Además, han creado la página de Internet http://paraguayresiste.com/ para difundir el calendario de las movilizaciones. “La resistencia pacífica va a ir creciendo día a día”, vaticinó a este periódico Ricardo Canese, secretario general del Frente Guazú, la organización con la que concurrió a las elecciones Fernando Lugo. “Se han unido al Frente por la Defensa de la Democracia 15 de las 16 organizaciones campesinas del país. Haremos cortes de rutas intermitentes, manifestaciones en plazas públicas… Y muy particularmente frente a la Televisión Pública, donde hubo ya varios intentos de censura. La resistencia será permanente hasta que se restablezca el Estado de derecho”, añadió. Por su parte, los partidarios de Federico Franco en Asunción también han comenzado a concentrarse en la plaza del Congreso y han convocado para este miércoles una manifestación de apoyo al nuevo presidente. Franco declaró que su prioridad en estos momentos es evitar la guerra civil. La Asociación Nacional de Carperos, la organización campesina que ocupó la finca de Curuguaty donde se produjo el 15 de junio la muerte de seis policías y once campesinos, comenzó ayer a cortar varias carreteras. “Vamos a bloquear los accesos a la capital”, indicó su máximo dirigente, José Rodríguez, en conversación telefónica. “Los grandes medios, que están en manos de la oligarquía, no se hacen eco de las manifestaciones en el interior del país. Pero esto va a ir creciendo. Si no hay respuesta, probablemente se va a desencadenar algo muy fuerte”, añadió Rodríguez. “La prioridad de Federico Franco no es evitar la guerra civil, sino mantenerse en el poder. Este hombre siempre tuvo una obsesión enfermiza, hasta psicótica, por ser presidente. No le importa que haya violencia ni las represiones masivas que se puedan producir”. Aunque los carperos no integran ninguna de las dos mayores organizaciones campesinas del país, en los últimos años han adquirido mucha relevancia en los medios mediante las ocupaciones de fincas. La oposición culpó a Fernando Lugo de tolerarlos y apoyarlos hasta el momento en que se produjo la matanza del 15 de junio. Sin embargo, Rodríguez no cree que los campesinos ni su organización hayan sido especialmente bien tratados por el Gobierno de Lugo. Y cree que esa es la razón por la que el día de la destitución miles de campesinos optaron por quedarse en sus casas y no viajar a Asunción para expresar su protesta. “Los sectores sociales más carenciados no han recibido la atención que esperaban por parte de Lugo. Y hay descontento hacia él. Mucha gente está confundida, no quieren salir a jugarse la vida por un Gobierno que no les ha defendido. La gente mide cualquier decisión del Gobierno a través del estómago y este Gobierno no se preocupó mucho del estómago de la gente. Pero nosotros no defendemos a Lugo, sino el proceso democrático que se inició en 2008. A medida que la gente vaya entendiendo eso se van a ir sumando a las protestas”.

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