Los islamistas toman Tahrir por tercer día consecutivo

La protesta islamista es sólo uno de los síntomas de la creciente tensión que vive Egipto a la espera de conocer el nombre del primer presidente de la era post Mubarak Ana Carbajosa El Cairo 21 JUN 2012 - 21:27 CET9 Simpatizantes de los Hermanos Musulmanes en la plaza de Tahrir, en El Cairo. / MOHAMED MESSARA (EFE) Miles de egipcios, la mayoría islamistas, han abarrotado esta noche la plaza Tahrir en El Cairo. Se trata de mantener la presión. De dejar claro a la Junta militar que debe entregar el poder a los civiles a fin de mes, que si se les ocurriera manipular el resultado electoral o si se resistieran a seguir adelante con la transición, se encontrarán con una segunda revolución en la calle. La protesta islamista es sólo uno de los síntomas de la creciente tensión que vive Egipto a la espera de conocer el nombre del primer presidente de la era post Mubarak. más información Los islamistas demuestran su fuerza en Tahrir Es el tercer día que los islamistas toman Tahrir. En la plaza reina un ambiente de protesta, pero también festivo. Por un lado los manifestantes celebran por anticipado y a falta de resultados oficiales el supuesto triunfo de su candidato, Mohamed Morsi. Su rival, Ahmed Shafiq, niega la victoria islamista y asegura ser él el ganador, mientras que la comisión electoral ha aplazado la publicación de los resultados hasta el fin de semana. Por otro lado, los que esta noche llenan la céntrica plaza de El Cairo protestan contra las enmiendas constitucionales que el domingo pasado, tras cerrar las urnas, difundieron los militares. Ese texto deja el poder legislativo en manos de la Junta, después de que el Tribunal Constitucional declara nula la composición del Parlamento que dominan los islamistas. Los Hermanos musulmanes aseguran que se oponen a ese reparto de poder, que consideran desnuda de atribuciones al presidente, que debe tomar las riendas del país antes del 1 de julio. En Tahrir, los vendedores de cucuruchos de altramuces y maíz asado volvieron hacer su agosto, con un mar de banderas egipcias como telón de fondo. Como es costumbre, los manifestantes empezaron a concentrarse a primera hora de la tarde, y al caer la noche, la plaza estaba llena. “Estamos seguros de que Morsi ha ganado. Queremos que respeten nuestro voto. No queremos reglas que no tengan en cuenta la voluntad del pueblo egipcio”, explicaba Ahmad Mohamed un joven dentista ataviado con una visera del Partido de la Justicia y la Libertad, el brazo político de la Hermandad. “Si la junta no se echa para atrás con la disolución del Parlamento no nos moveremos de Tahrir”. Luego llegaron los rezos, las canciones y los gritos de guerra coreados por miles de voces.

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