Terremoto en Turquía

Turquía acepta ayuda extranjera ante la magnitud del desastre El número de víctimas del seísmo asciende ya a 459 fallecidos y 1.300 heridos Un fuerte terremoto sacude al sudeste de Turquía Los socorristas turcos denuncian la falta de medios para hallar supervivientes Un pequeño de dos años vive gracias a un equipo español Blanca López Arangüena / Agencias Van / Ankara 26 OCT 2011 - 09:10 CET1
Fuentes diplomáticas turcas han declarado que el país aceptará a partir de ahora la ayuda internacional ofrecida por muchos países, incluido Israel, para hacer frente a las consecuencias del terremoto que ha devastado el sureste del país el pasado domingo. El Gobierno de Ankara, que en un primer momento había rechazado las ofertas al considerar suficientes sus recursos, ha dado marcha atrás ante la magnitud del desastre y después de constatar la insuficiencia de sus medios. El ministerio de Asuntos Exteriores turco ya ha difundido sus peticiones. El número de víctimas mortales del seísmo asciende ya a 459. Los heridos son más de 1.300. Los equipos de rescate reciben cada hora nuevas peticiones de ayuda. La Asociación Turca de Búsqueda y Rescate (AKUT) explica que han recibido ya 3.000 mensajes de socorro. “Un equipo de 20 personas se encarga de revisar los mensajes de texto y las llamadas de las víctimas en los escombros y sus familias”. Siete personas han sido rescatadas con vidas gracias a ellos. El país continúa conmocionado por la magnitud de la catástrofe. Hay 550 equipos de emergencia de más de 44 provincias que se han desplazado a la zona. El equipo de Izmit, una de las ciudades azotadas por el terremoto de 1999, en el que murieron 18.000 personas, trabaja en Van. Ayer, el milagroso rescate de un bebé de 14 días conmovió a todo el país. Azra ha sido rescatado con vida la mañana del martes en la ciudad de Ercis, y se ha convertido en la esperanza de todo un pueblo. La imagen de la pequeña entre los brazos de una socorrista se retransmite cada hora en los telediarios de Turquía. El país vive pendiente de las buenas noticias que llegan a cuentagotas, desde que el terremoto devastara la provincia de Van, en la frontera con Irán. La familia de Azra, natural de Sivas (centro de Anatolia), había llegado hace un mes a Van para que los abuelos pudieran cuidar de la pequeña. Los equipos de emergencia consiguieron rescatar de entre las ruinas a la madre y a los abuelos, pero todavía buscan al padre. Es la muestra de que todavía hay supervivientes entre los escombros, 48 horas después del desastre. Unos 300 cuerpos esperan aún a ser enterrados, según las autoridades turcas. Pero no todos consiguen salir con vida, a pesar de los esfuerzos de los equipos de emergencia que trabajan día y noche bajo la lluvia y las bajas temperaturas. Es el caso de Yunus Geray, 13 años. Tras 12 horas bajo los escombros se encontraba todavía consciente y así lo captaron las cámaras de televisión turca. En el momento del salvamento, preguntó a los rescatadores qué hora era. Murió de camino al hospital de una hemorragia interna. Las tareas de rescate son extremadamente dificultosas. La lluvia y los temblores constantes hacen que las ruinas se muevan. Además, casi 2.620 edificios están seriamente dañados y se podrían venir abajo con las constantes réplicas. La situación en la ciudad de Van continúa siendo caótica. Ante este panorama, pocos parecen preocuparse de los 200 prisioneros que el domingo escaparon de la cárcel local. La agencia Reuters informó de que el martes se habían producido nuevos disturbios cuando un grupo de prisioneros prendió fuego a sus celdas y atacó a los guardias con cuchillos y tijeras. Por su parte el Presidente del país, Abdulá Gül, ha felicitado a la nación por sus muestras de solidaridad. Sin embargo, sus palabras han estado teñidas de polémica. Los equipos de rescate internacionales denuncian que el gobierno se ha negado a recibir ayuda del extranjero.

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