La Eurocámara premia las revoluciones árabes

Cinco disidentes de cuatro países galardonados con el premio Sakharov "La revolución árabe durará años y afectará a todo el sistema global" El joven mártir que cambió el destino de un país
Ignacio Cembrero Madrid 27 OCT 2011 - 21:37 CET El Parlamento Europeo ha decidido premiar a las revoluciones árabes, aquellas que han triunfado, como las de Túnez, Egipto y Libia, y la que aún no lo ha logrado, como la de Siria. La Eurocámara otorgó hoy, por unanimidad de los presidentes de sus grupos políticos, su más prestigioso galardón, el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, a cinco luchadores contra las dictaduras árabes, uno de ellos ya fallecido. Mohamed Bouazizi, el joven de 26 años que se inmoló el 17 de diciembre de 2010 ante la sede del Gobierno Civil de Sidi Bouzid, ha sido premiado a título póstumo. Su gesto es considerado como el desencadenante del conjunto de la “revolución del jazmín” en Túnez y de las posteriores. “Estoy muy contento y ofrezco ese premio al pueblo tunecino que ha tenido éxito con su revolución y que ha seguido manifestándose durante las elecciones” del 23 de octubre, declaró a la agencia France Presse Salem Bouazizi, hermano del difunto. El partido islamista moderado En Nahda ganó, con aproximadamente un 44% de los sufragios, la elección de la Asamblea Constituyente de Túnez y ha presentado la candidatura de uno de sus fundadores, Hamadi Jebali, de 62 años, para primer ministro. Otra galardonada es la activista Asmaa Mahfouz, de Egipto, el segundo país donde estalló la revolución. “Sus vídeos en YouTube así como sus publicaciones en Facebook y Twitter ayudaron a motivar a los ciudadanos egipcios a exigir sus derechos en la plaza de Tahrir”, recalca la Eurocámara. El premio también ha recaído sobre el libio Ahmed al Sanusi, uno de los presos políticos que más tiempo ha estado encarcelado en África: 31 años. Ahora es miembro del Consejo Nacional de Transición, el órgano que dirige provisionalmente el país. La Eurocámara ha premiado también a dos disidentes sirios para apoyar las protestas contra el régimen de Bachar el Asad: el caricaturista Ali Farzat, de 77 años, recientemente agredido por leales del régimen y ahora exiliado en Kuwait; y la abogada Razan Zaitouneh, de 34 años, autora de “un blog sobre derechos humanos en su país desde donde informaba de las atrocidades cometidas”. Su marido y su hermano han sido detenidos y ella se esconde de las fuerzas de seguridad. Entre los galardonados no hay ningún ciudadano de Bahrein ni de Yemen donde también se han iniciado protestas que no han desembocado en un cambio de régimen. La activista yemení Tawakul Kerman ya obtuvo a principios de mes el premio Nobel de la Paz. Una candidatura de la primavera árabe, encarnada por dos mujeres, una egipcia y una tunecina, fue presentada al premio Príncipe de Asturias de la Concordia, pero el jurado prefirió, en septiembre, a la Jornada Mundial de la Juventud y la visita papal a España, y a los trabajadores “heroicos” que “pusieron en riesgo su propia vida” para luchar contra la catástrofe de Fukushima. Al final solo resultaron premiados estos últimos. El premio Sájarov, en memoria del disidente y científico soviético, está dotado con 50.000 euros. Lo otorgará, el 14 de diciembre en Estrasburgo, el presidente del Parlamento Europeo, el polaco Jerzy Buzek.

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