OPINION
UNA SOCIEDAD QUEMADA….BURNOUT FUNCIONA
Benigno Benavides Nieto
02/12/2018
¿Es posible someter la voluntad individual y
desaparecer la personalidad consciente por sugestión y contagio en la masa?,
“la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al
inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores,
compulsiones o inducir comportamientos”, Chomsky (2004). La respuesta está en
el totalitarismo como política de Estado, en consecuencia aunado al modelo
económico político impuesto, fascismo, nazismo y algo nuevo democracia
socialista totalitaria y/o socialismo del Siglo XXI, este deprime quema,
maltrata, a la sociedad en su totalidad, creando una actitud pasiva frustrante
e indiferente, ya nadie quiere saber de política, Constitución, Asamblea Nacional,
el credo a la Justicia y mucho menos de líderes. El Estado Terrorista está
funcionado, creador temor el pensar diferente se paga con la muerte y/o prisión.
El laboratorio de la Psicología Stalinista funciona a la perfección, sustentado
en el totalitarismo como base y el aparato represivo adiestrado solamente para
matar que lo determina, creando temor en la población, creando estrés, un estado de agotamiento físico,
emocional o mental que tiene consecuencias en la autoestima, y está
caracterizado por un proceso paulatino, por el cual las personas pierden
interés en sus tareas, el sentido de responsabilidad y pueden hasta llegar a
profundas depresiones.
El totalitarismo no es, como suele creerse, una
inflación del aparato burocrático-administrativo del Estado, o acaso una
proyección del poder omnímodo de este. Aunque ciertamente así es como se
ha presentado históricamente, esta es solo una de las posibilidades entre las
muchas en que puede encarnarse. Sin
embargo, destruye todas las instituciones, el ejército, los tribunales, la
policía, las universidades, la sanidad… ¿totalitarismo sin Estado?
..¡imposible!
A modo de ejemplo histórico, algo similar sucede en
nuestro país, el totalitarismo nazi expresaba un Estado que abarcara todas las
esferas de la vida pública; el ejército quedó al margen de su control hasta los
últimos meses del régimen, la economía era en buena medida privada y las
Iglesias tampoco fueron “coordinadas” hasta sus últimas consecuencias, sobre todo
la católica; los alemanes, además, podían abandonar el país cuando quisiesen.
¿Entonces? Lo que caracteriza
al totalitarismo no es necesariamente el peso del Estado, sino la imposición a
toda la sociedad de una religión política. Frente a lo que se ha dado
por supuesto tantas veces, en las sociedades totalitarias, lo primero que se ha
sometido al poder de la religión política ha sido el Estado. Hablamos
impropiamente, pues, de Estado totalitario, cuando deberíamos hablar de
sociedad totalitaria.
La cuestión de fondo es, entonces, si una
democracia puede adoptar rasgos totalitarios o, incluso, si puede convertirse
ella misma en un régimen totalitario. Y la respuesta es que, en
realidad, un totalitarismo consecuente es mucho más posible en una democracia y
que, si aún no se ha producido de forma completa en nuestros días, ello es sólo
porque los sistemas totalitarios históricamente reconocibles dieron un salto
adelante tan velozmente que han tenido la virtud de retrasar la conversión de
la democracia de origen liberal en democracia totalitaria, el caso venezolano
es muy similar o la dirigencia sigue el manual Stalinista-cubano
Por
consiguiente, la ideología totalitaria al permear el inconsciente colectivo de
los pueblos fomenta el culto a los símbolos y a la personalidad tiránica,
exacerba el nacionalismo anecdótico, monopoliza el pensamiento, por lo que
subyace en el sujeto el estado mental del “esclavo interno”. La panacea del
método teórico dialéctico sociocultural gravita en convertir al individuo en un
número serial más del sistema, un tipo masificado (según Le Bonn en la masa
deja funcionar la peculiaridad de cada individuo); “de cada cual según su
capacidad, a cada cual según su necesidad”, una especie de “tabla rasa”
preparada para el adoctrinamiento, pero ello en último lugar despersonaliza al
individuo ya que se vuelve presa de un precario statu quo, haciéndole creer la
efímera idea que es libre y que el poder “radica en su voluntad” nombrándolo
como el único decisor de su futuro. En la masa predominan la ilusión y la
fantasía sobre lo real, esta no existe sin un jefe supremo e insustituible.
Actualmente, los principios básicos stalinistas de
manipulación y control siguen cobrando muchas víctimas en algunas sociedades
(entre simpatizantes y/o partidarios) alrededor del planeta, estas se ven
cautivas experimentado el síndrome del huérfano, “el padre puede o no ser
culpable, pero continua siendo el padre”, es decir hay que soportarle pase lo
que pase aunque intelectualmente puedan comprender y estar conscientes de las
trágicas consecuencias del culto al “gran padre” ( con dadivas de aumentos
salariales a diestra y siniestra, abra el monedero de la patria tiene migajas),
es por eso que las raíces de su incondicionalidad radica en parte al trabajo
metódico de endeudarles moralmente en la sinuosa concepción de una lucha de
clases, intoxicándoles a su vez de la afirmación fetichista que solo su
indiscutible líder es capaz de conducirles a las reivindicaciones
socioeconómicas históricamente negadas. En consecuencia, al hacer más dóciles a
los individuos la egocracia gobernante y su casta jerárquica vegetan en un
mundo subjetivo muy lejos de la realidad de sus congéneres que provoca una
“patológica sordera” e indiferencia a los auténticos clamores ciudadanos. “La
mentira no puede crecer hasta convertirse en la verdad, por más que aumente su
poderío” (el liderazgo esta sustenta en una gran falacia y la administración
del Estado igual). ¡Qué casualidad, si algo se parece a nuestra realidad, es
pura coincidencia…! El manual funciona…y laboratorio cubano experimenta a
diario…lo grave del caso es que el común denominador pisa el peina y se vuelven
creyentes del sistema montado.
La respuesta extrema
es estrés crónico originado
en el contexto social y tendría repercusiones de índole individual, pero también
afectaría a aspectos organizacionales y sociales. Si usted ciudadano padece estos síntomas:
Agotamiento emocional, un desgaste
que lleva a la persona a un agotamiento psíquico y fisiológico. Aparece
una pérdida de energía, fatiga a nivel físico y psíquico.. Despersonalización:
se manifiesta en actitudes negativas en relación con sus semejantes, se da un
incremento de la irritabilidad, y pérdida de motivación. Por el endurecimiento
de las relaciones puede llegar a la deshumanización en el trato. Falta de
realización personal: disminución de la autoestima personal, frustración de
expectativas y manifestaciones de estrés a nivel fisiológico, cognitivo y
comportamiento. En tu persona está funcionando la Psicología Stalinista-Cubana.
El sistema te está neutralizando. Un consejo no haga todo los días lo mismo con
los mismo resultados, cambie busque otra sintonía, no se enferme…vea y cambie
de actitud..Recuerde El socialismo del Siglo XXI, quema, deprime, maltrata y
mata…