Cientos de personas despiden en Jerusalén a las víctimas de París

"Estaba enamorado de Israel, quería vivir aquí y vivirá aquí", dice el hijo de una de las víctimas

Los cuerpos de dos de las víctimas, en el cementerio de Jerusalén. / JACK GUEZ (AFP)
 
Una ceremonia solemne cargada de simbolismo nacional y de declaraciones políticas, se celebró este martes en Jerusalén, donde fueron enterradas las cuatro víctimas del atentado contra un supermercado kosher Hyper Cacher de París el viernes pasado. Miles de personas, entre ellos una marea de inmigrantes franceses llegados a Israel, acudieron a prestar su apoyo a las familias de Yohav Hattab, Yohan Cohen, Philippe Braham y François-Michel Saada, que acompañaron a los ataúdes de las víctimas. La ministra francesa de Ecología, Desarrollo y Energía, Ségolène Royal, en representación de su Gobierno, asistió a las exequias y elogió a los caídos en el ataque. Cada uno de los ponentes enfatizó el hecho de que estas victimas se convirtieron en el objetivo del terror específicamente por ser judíos.
El Hyper Cacher es un supermercado que vende productos kosher, aptos para ser comidos bajo las leyes judías. El viernes pasado, estaba lleno de clientes de compras para la cena del viernes. Yohann Cohen, de 20 años, es el único de los sepultados en Jerusalén que trabajaba en la tienda.

 

Ségolène Royal, como el Gran Rabino de Jerusalén, resaltó el hecho de que Cohen fue visto intentado frenar al terrorista autor del asalto, Amedy Coulibaly, para salvar a un niño de tres años. "Lo lograste," lloró el rabino Shlomo Moshe Amar, "pero pagaste con tu vida." "Tan solo tenía 20 años", lamentó el presidente de Israel, Reuben Rivlin, "y ya es héroe". "Os esperábamos aquí," continuó, "pero no así, os esperábamos con vida".
Royal otorgó la orden de la Legión de Honor a título póstumo a cada una de las victimas, presentando a las familias en duelo las condecoraciones. A la misma hora, el presidente francés, Francois Hollande, otorgo el mismo honor a los tres policías muertos en los atentados, en una ceremonia estatal de conmemoración en París.
Valérie Braham, la viuda de Philippe, que recientemente sepultó a un hijo en el mismo cementerio, el de Har Hamenouhot, contó que otro hijo, de tres años, seguía rezando por su padre. El Gran Rabino de Túnez, Battou Hattab, padre de Yoav, de 21 años, quien había ido al supermercado en búsca de una botella de vino, se levantó y dijo: "No tengo nada que decir, ni una palabra. Nada. Pero acepto la decisión de Dios."
"Han muerto solo por ser judíos," pronunció Royal, en un mensaje resuelto y enfadado, "millones de franceses hoy son judíos. Cada golpe en contra de un judío es un golpe en contra de la República Francesa, y el país sabrá enfrentarse a la situación".

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