Egipto se alinea con Israel y evita mediar

La caída de Morsi priva a El Cairo de la influencia que ejercía sobre Hamás

 

 

Abdel Fattah al-Sissi durante una reunión con Mahmud Abbas en El Cairo. / EFE
 
Tras el estrepitoso fracaso de su iniciativa de paz de la semana pasada, Egipto ha perdido el papel de mediador que había desempeñado en anteriores conflictos bélicos en la franja de Gaza. El cambio en los equilibrios geoestratégicos de la región y, sobre todo, sus pésimas relaciones con Hamás han comprometido su credibilidad y eficacia como intermediario. Sin embargo, el vacío que deja no ha sido aún ocupado por ningún otro actor, lo que ha dado lugar a una cacofonía de voces y propuestas por parte de la comunidad internacional.
La propuesta egipcia, avalada por Washington, consistía en un alto al fuego incondicional de una semana, periodo durante el cual se abrirían negociaciones en El Cairo para sellar un acuerdo definitivo que pusiera fin a la guerra. El Gobierno israelí enseguida bendijo la iniciativa, pero Hamás denunció que ni siquiera había sido consultado sobre el documento. El movimiento palestino la rechazó de forma tajante, tanto por el fondo como por las formas. La milicia islamista advirtió de que el borrador no recogía su principal demanda: el fin del bloqueo a Gaza impuesto por Israel y Egipto.

 

Turquía y Qatar, dos firmes aliados de la Hermandad, han ejercido de intermediarios con Hamás desde el pasado fin de semana. Sin embargo, sus malas relaciones con Israel les impiden asumir un papel decisivo. Egipto trata de recuperar posiciones y ha invitado a El Cairo a las principales facciones palestinas, Al Fatah, Hamás y la Yihad Islámica. Según se ha filtrado a la prensa, Egipto estaría dispuesto a modificar los términos de su iniciativa para acomodar las condiciones del grupo islamista.
La inquina entre Hamás y El Cairo se inició tras el golpe de Estado que depuso al presidente islamista Mohamed Morsi el 3 de julio de 2013. Desde entonces, las autoridades egipcias, bajo la tutela del Ejército, han acusado al grupo islamista de estar detrás de los repetidos ataques contra las fuerzas de seguridad egipcias en la península del Sinaí, algo que Hamás siempre ha negado. Un tribunal ordenó en marzo la prohibición de cualquier actividad en Egipto del movimiento palestino, nacido de la matriz de la Hermandad y miembro de su organización internacional.
Egipto, el país árabe más poblado y el único —con Jordania— oficialmente en paz con Israel desde 1978, ha ocupado una posición diplomática privilegiada para mediar entre palestinos e israelíes. La negativa de EE UU y la UE a negociar con Hamás, al considerarla una organización terrorista, unida al no reconocimiento de Israel por parte de la mayoría de Estados árabes, deja a El Cairo como uno de los únicos actores capaces de ejercer de interlocutor con ambas partes. Esta labor se vio facilitada por el ascenso de Morsi al poder y a su influjo sobre Hamás. De hecho, el acuerdo que puso fin a la ofensiva de Gaza en 2012 se interpretó como un gran triunfo diplomático egipcio.

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